miércoles, 25 de mayo de 2011

Modesto, pero sentido, homenaje a Bob Dylan en el Circulo de Bellas Artes

La azotea del Círculo de Bellas Artes, con la noche cayendo sobre Madrid, sirvió de mágico escenario para el homenaje tributado ayer por un puñado de discípulos y un centenar de incondicionales al gran Bon Dylan. La razón es bien conocida. Por sorprendente que parezca, habida cuenta su juvenil semblante, el poeta de Minnesota cumplió ayer 70 años. La cosa comenzó con un coloquio radiofónico con el escritor Benjamín Prados. Muchas anécdotas y una realidad que subraya su devoción por Zimmerman: su hija pequeña, allí presente, lleva por nombre Dylan. Después, el concierto. Todo en acústico. Abrió Cristina Rosenvinge, muy guapa, ya se sabe, con la interpretación de un tema propio y del clásico Dont´t think twice is alright, cantado en inglés; le siguió Nacho Vegas, muy sobrio, quien interpretó (sopresa) el tema de Leonard Cohen "The stranger" adaptado al español y una versión excelente (digna de ser grabada) de "Simple twist of fate", también en español. A continuación Amaral, con un tema de la pareja y la magnífica versión del "A hard rain is gonna fal" interpretada en español. Recordemos que el tema sirvió de himno zaragozano para la Expo del Agua y que Eva actuó de telonera en la penúltima gira de Bob por España. Enorme gesto, el suyo. Unos minutos después, todos juntos entonaron el tema de Nick Cave (?!) "The dead is not the end". ¿Muy raro, no: felicitar el cumpleaños a un setentón diciendole que la muerte no es el final? El último capítulo de la fiesta lo protagonizó un francés octogenario, bastante entrañable, Hughes Aufray, presunto amigo de Dylan, que interpretó 5 adaptaciones al idioma gabacho de clásicos como Blowing in the wind, The North Counrty Girl, oLike a rolling stone. Entre medias, una bonita explosión de fuegos artificiales visible desde la azotea, de procedencia desconocida (no sé qué verbenas podía haber ayer por Madrid) pero que todos identificamos como un tributo último de la ciudad al genio imperecedero de nuestro eterno trobador errante.
Antonio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Death is not the end es una canción original de Bob Dylan, de uno de sus discos peor considerados de los 80. Lo que pasa es que la versión de Nick Cave en "Murder Ballads" es mucho más conocida.

Aparte de eso, gracias por la entrada. Me encantan las traducciones de canciones que hace Nacho Vegas.