lunes, 10 de mayo de 2010

Iggy Pop, con cuerda para rato

Nunca había visto a Iggy Pop en vivo, aunque el plástico de Raw power, del que por cierto tocaron bastante esa noche, está dentro de mis discos preferidos desde siempre. Nos acercamos a la Riviera mi amigo Jesús y yo a ver al monstruo que, a media distancia, sigue teniendo maneras y formas de jovenzuelo. Con el torso desnudo y un pantaloncito que se le caía a cada momento con cierto regocijo del público. Ahora al menos no se corta ni sangra sino que se limita a seguir tirándose encima del público (con lo que debe doler a los sesenta y tantos) y a moverse frenéticamente durante una hora y cuarto de concierto.

El concierto empezó con el Raw Power y Search&Destroy y se convirtió en una combustión instantánea de Iggy, que a las once menos cuarto se retiraba –no se si a que la pusieran una transfusión-, mientras ponían música de ambiente y encendian las luces.

Que a sus años se ponga a cuatro patas mientras canta I wanna be your dog, es raro en cualquiera pero no en él. Que llene la escenario de público, que se tire por el suelo. en fin es Iggy que venía con la selección mas stooge de su carrera. Muchas grandes canciones sonaron esta gran noche como el Kill City. El sonido extraordinario, las guitarras de James Williamson perfectas. En fin, son la versión seria y profesional (iba a decir respetable, pero eso es mucho) de sus aprendices, mucho más famosos, los Sex Pistols. Gran noche, corta pero intensa.