sábado, 11 de octubre de 2008

Los Secretos; leyenda y emoción


La verdad es que la insistencia de mi amigo Juanpi, seguidor impenintente de los Secretos (y del Atleti), y el hecho de que la mayor parte de mis amigos iban a ir, terminó por convencerme que teníamos que ir a las Ventas a ver a los Secretos. Los Secretos y todos sus amigos (por cierto, donde rayos se había metido Antonio Vega?: el holocausto definitivo hubiera exigido una Chica de Ayer).

Llenazo. Ambientazo, policia municipal en las Tinajas para que la gente no bebiera en la calle (¿?), gente de treinta y muchos, y de más y también de menos. Nosotros en la pista con una buena banda de amigos reunidos para la ocasión. Desde el principio se vió que, aparte del sonido, aquello iba a ser memorable. Empezaron a aparecer amigos. Amenazo con terminar como la noche de los muertos vivientes (Miguel Rios quizás tiene cosas mejores que cantar o que hacer) pero no fue. Una chica que se llama Conchita nos gustó mucho, aunque no como cantante. Me encantó Jose Maria Granados, que quizás salió demasiado pronto y que cantó su Nada mas, un himno eterno. En especial, para los que buscamos y encontramos el EP de Mama, con chicas de colegio, nada mas, regresas a casa a las diez y ya no volveras a pensar en mi. En fin, la banda sonora de tantas fiestas y de tantas ilusiones! Jose María Granados es quizás el músico más en forma de toda aquella hornada de nuestra "movida", que sigue haciendo discos mucho más que dignos. Si no has ido a un concierto de él en solitario, es altamente recomendable.

Me encantaron Fito y Manolo García. Menos la actuación de Amaral, algo fria para mi, por bien que me caiga; seguro que me gusta más en el proximo concierto, a final de este mes. Sabina, por el bulevar de los sueños rotos, y David Summers, con Ojos de Perdida, uno de los mejores momentos, cumplieron de sobra.

Fueron cayendo todos esas grandes canciones que justifican la leyenda: Pero a tu lado y, según Alvaro "una canción que no habían ensayado" Déjame. Gran emoción. Veintiocho años despues del concierto de Caminos o del de la Escuela de Arquitectura, hemos vuelto al principio. Para el bis quedó Sobre un vidrio mojado, la cara B del single de Dejame, que fue seguramente el mejor single del pop español, y Agarrate a mi Maria, canción que Enrique, hace ya nueve años que murió, le hizo a su hija. En fin, bailamos, gritamos, cantamos todas las canciones.


El concierto me gusto más de lo que esperaba -siempre fui mas de mama y de nacha pop y bastantes canciones de los secretos nunca me llegaron- pero hicieron un estupendo set list. Sabían que se la volvían a jugar y pusieron todo de su parte, y todos lo supimos apreciar y agradecer. Bienvenidos. Javier

los posies otra vez

La verdad es que tocamos en las rozas, lo pasamos muy bien y la gente también. Al siguiente fin de semana nos fuimos a ver a Poti con su bateria y su grupo a Navacerrada, y de paso tomamos algunas cuantas copas y nos quedamos a dormir. La vuelta a la vida campestre, más bien a la noche serrana.

El martes nos fuimos a ver a nuestros viejos conocidos The Posies, que volvían a tocar su 'Frosting on the beater' (1993) y bastante más. LLegamos cuando habíen empezado y descubri que el mejor sitio para verlos era en la barra justo al frente del escenario, de modo que creo que, si se exceptúa el de ayer de los Secretos, es el concierto en el que he bebido mas cerveza de mi vida. La verdad es que ese disco y su posterior Amazing disgrace, estan entre mis favoritos de los noventa. En fin, melodias, voces, y guitarras. Al final, Ken Stringfellow y Jon Auer, que además hay que seguir en sus proyectos independientes, se pusieron a vender sus discos en su propio tenderete; autores de algunas de las mejores canciones del pop, grandes y sencillos a la vez. Volveremos a ellos. Abrazos