lunes, 8 de junio de 2009

Wilco en Sevila

La verdad es que pasados los primeros ochenta, el rock vivió en plena confusión. Entre el tecno y la música ruidista, el fin de la nueva ola y el post punk, y el nuevo rock americano -mucho antes de hablar de "americana"- y el hardcore.
Entre los nuevos grupos que actualizaban (¿?) el rock americano y con cierto éxito menor en España, apareció Uncle Tupelo, del que formaba parte Jeff Tweedy, junto con Jay Farrar, que formó Son Volt, al que deberíamos seguir la pista porque ha hecho canciones extraordinarias a lo largo de todos estos años; me gusta por ejemplo Back Into Your World del disco Straightaways de 1997.
Cuando Jay se fue, Tweedy formó Wilco con los demás (el bajista John Stirratt, el batería Ken Coomer y violinista Max Johnston). Al parecer Wilco es una abreviatura de "We´ll accomplished". Se unió al grupo Jay Bennett, gran instrumentista que enriqueció su sonido y lo hizo más experimental.
Lamentablemente el pobre Bennet ha aparecido muerto hace unos pocos dias en su casa de Chicago (OK también ha aparecido misteriosamente muerto David Carradine; el pequeño saltamontes que actúo en las dos Kill Bill, con nuestra musa Urma, y que ademas es hermano del cantante de country Keith Carradine!!... como? no se te habrá olvidado eso de I'm easy, verdad? ¿que rayos oías de pequeño? que infancia ha sido la tuya?)
Recuerdo el impacto de un gran disco doble, el Being there, y luego los dos discos Mermaid Avenue con el rockero protestón Billy Bragg, en los que utilizaron las letras que Woody Guthrie había dejado a su hija Nora y que está enseñó a Billy. En mitad de los dos sacaron Summerteeth, más rockero con grandes canciones.
Aunque ya no me sorprendió tanto –desde el principio me compraba todo lo que sacaban- el Yankee Hotel Foxtrot, más experimental, me tuvo colgado el verano del 2002. Fue también el disco más vendido de ellos. Después de este disco Bennet fue despedido. Después el grupo tardo bastante hasta A Ghost Is Born del 2004, buenísimo también y cómodo y Sky blue sky, en esa linea quizás más amable aunque irreprocable.

El público que se había multiplicado estaba expectante. Empezaron con decisión y no defraudaron: saben pasar de la simplicidad a la complicación sonora de todo tipo de efectos, en un viaje que nos llevaba a todos entre sacudidas a donde ellos querían. En realidad tuvieron momentos de un sonido mucho mejor de lo previsible. Tocaron un poco todos sus éxitos y se limitaron bastante en tocar algo de su nuevo disco Wilco, The Album, al que tendremos que prestar más atención –creo que tocaron Wilco The song o You never know. En fin desde el Sunken Treasure del Being There y cosas de Sky Blue Sky, Impossible Germany, Hate it here, o Yankee Hotel Foxtrot, I´m trying to break your heart, al Summerteethy y del 'A ghost is born', como Hummingbird.

La conmoción final de plenitud y deleite, aunque en un concierto como este siempre te quedas con la impresión de que la escasa hora y tres cuartos de hora que tocaron podrían haber durado mucho más; pero esos son siempre los inconvenientes de este tipo de eventos.