domingo, 3 de junio de 2012

El Primavera Sound planta cara a la crisis.


Viajo por tercera vez a Barcelona para constatar que aun en los tiempos de mayor penuria algunos festivales apuestan por la mùsica como mejor antídoto frente a la crisis. Y además salen ganando. Este año el Primavera Sound aumentaba número de artistas y nùmero de escenarios, con dos nuevos junto al puerto de El Forum. Un canto a la desmesura apoyado por San Miguel y por Ray Ban, promotores omnipresentes en un sin fin de carpas y casetas. Modelo de organización, puntualidad espartana en los conciertos, consecuente tacañeria en los tiempos, masas migratorias deambulando entre los escenarios, alegría contagiosa por doquier, mucho cemento bajo los pies y la vista del mar para aliviar tensiones.

Viajamos mi hermano Santi y yo para ver el jueves a Wilco, la mejor banda del momento, quienes ofrecen un concierto redondo pero cortito, no màs de hora y veinte, sin bises. Repertorio rarillo con predominio de los temas del nuevo album -Almost, The whole love, Dawned on me- con concesiones a viejos clàsicos propicios al desmalene elêctrico -What you say, Spiders, Jesus and I- y claro, "Imposible Germany" como piedra angular del set para el lucimiento de Nels en uno de los grandes solos de la dècada. Dónde radica la diferencia con otros grupos? Viernes por la mañana, nos vamos a visitar las tiendas de discos de la calle peatonal Els tallers junto a las Ramblas. Cola enorme y gran expectacion a la puerta de Revolver, un establecimiento tan diminuto como històrico. Nos acercamos, preguntamos, nos asomamos y qué vemos? Wilco tocando en directo! El bueno de Jeff con su sombrerito vaquero al micrófono! Parece ser que se quedaron luego firmando discos varias horas. Olè!

Volvemos al Primavera el viernes tarde para concentrarnos en tres citas; Laura Marling, con su personalísima mezcla del folk y el soul, como aperitivo. Un concierto estupendo que supo a muy poco, por la severidad de la Agenda. Como primer plato, el gran Rufus, a las ocho en el escenario principal. Qué se puede decir de un artista que salta a escena ante un pùblico festivalero y arranca con un tema a capella de su ùltimo disco, la espiritual "Candles"?! El personal, alucinado, se quedó totalmente rendido y se dejó llevar todo el concierto al ritmo que marcò Rufus desde la guitarra, el piano y el micrófono: recuerdos para Levon Helm, su madre fallecida,  su hermana Martha, el bebé que "ha tenido" con Lorca Cohen... La sorpresa: un tema de su padre, vieja gloria de la música country, interpretado con el bueno de Teddy Thompson a la guitarra, un artista de voz y maneras a lo Jackson Brown que merece mejor suerte. El único "pero": una hora miserable de concierto que apenas dio para un repaso a los temas de su último disco y algùn fugaz ejercicio de nostalgia. Muy aplaudida: "I am so tired of America" de su penùltimo disco.

El plato principal de la noche estaba reservado para el regreso de The Cure, estrellas del festival a todos los efectos. Palabras mayores; tres horas y ocho minutos de concierto con cuarenta mil personas entregadas a la fiesta. Formación de quinteto por fin, lo que dio a la banda un grado superlativo de intensidad. Huelga decir que sonaron todos los temas posibles, desde los mâs góticos (esos del "Desintegration" que constituyen el evangelio de algunos grupos de talibanes que siguen al grupo desde hace dècadas) hasta los más luminosos: "In between days", "Why can't I be you", "Just like heaven".. La catarsis colectiva llegó de la mano de dos temas deliciosos, la feliz "Friday I am in love" y el cierre con "Boys don't cry". Para tiempos oscuros como los que vivimos nada mejor que la èpica del rock servida con sentimiento. Bravo por el Primavera Sound !! Antonio C