martes, 25 de octubre de 2011

Camino a Barna

Hoy, mientras contestaba una llamada del regulador en el manos libres del coche, se me pasado la salida de la M30 a Atocha y he salido en la carretera de Valencia, unos cuantos kilometros y minutos después. He dado la vuelta y al fin de llegado a la puerta de Atocha y me he metido en un parking que de pronto ha puesto el mensaje de cerrado y allí me ha tenido un buen rato, mientras el de la puerta me decía que los demás parkings estaban llenos también. He perdido el Ave, y veinte minutos después de esperar, me han mandado a un parking VIP muy recomendado por los curritos de la puerta del parking –que me decían que no había otros sitios en varias millas a la redonda- y que pretendían cobrarme 38 euros por dejar el coche unas horas, porque al parecer mi billete no era de club. Por fin ha venido un encargado y he podido aparcar, cuarenta minutos después de llegar. He pedido otro billete (no se que pasaba con la pestaña del programa que no me han podido hacer el descuento habitual: vaya con las pestañas! Con lo que a mi me gustaban!) y por fin una hora después voy confortablemente camino de Barcelona.

Al meterme en el Ave resulta que todo el vagon va a Zaragoza y que yo tengo que esperar a pasar por ahí para que me den algo (bueno me dan un periódico; no todo son desplantes). Después de ver pasar por mi lado, aperitivo, desayuno cafes y copas, para todos los demás pasajeros, pido por caridad un vaso de agua y… si pudiera ser unos frutos secos: la azafata se apiada de mi y me lo trae. Me dice que me dará de comer después (yo la verdad es que voy a una comida y a una reunión en Barcelona) y me promete un festín, pasado Zaragoza.
Este viernes Seattle con Agus tocamos en Club 74, que no es más que el antiguo y predemocrático Cleofas de la calle Goya a la altura de Colon, con otro nombre y las mismas lámparas, luces, estalactitas de critales y espejos, mesas bajas y sillones y una pista de baile inmensa que hace de escenario. Por allí ha pasado desde Moncho Borrajo o Tip y Col, a Norma Dual… y ahora nosotros.
Posiblemente la vez que mejor hemos sonado, desde luego una de las veces con mas público (unos 350) y con muchos amigos míos que no habían visto nunca. El local, con su pinta de boite de las peliculas de los primeros 70s ayuda por que lo que en su momento era rancio, ahora es hasta cool. Mi club de fans como siempre estuvo a alto nivel.
Esto es lo que hay; noches de Opas y copas. Uno descubre que lo de la crisis del rating ha hecho que todo el mundo aprenda algo de ingles (por lo menos una palabra) y un poquito de cultura financiera (ya sabemos que la deuda soberana no es la del brandy , ni tampoco la de la reina,… aunque más nos valdría!).
El sábado por la mañana safari, rapaces espectaculares y animales en libertad que fuimos a ver a media mañana y al caer la tarde (esa última fue fascinante). En la gruta de los cocodrilos concluí que los caimanes estaban disecados (se morían, los disecaban y se ahorraban una pasta) porque no se movía ninguno; al rato algunos de los visitantes defendian con ardor y gran convencimiento mi tesis, ... hasta que empezaron a moverse. Algo así me ocurrió cuando en un concierto de Shakira en el Rock and Rio de hace unos años,... aseguré que era calva!!


En fin, nos quedan las canciones; la melodía y las guitarras limpias del gran Heart of Gold del State o f Confusion de The Kings (ya en los ochenta pero no por eso peores) . Acabo de parar en Zaragoza; vuelven las esperanzas! Abrazos