miércoles, 9 de junio de 2010

EL SABADO TOCAMOS EN EL REY LOUIE DE MAJADAHONDA

HABRÁ SORPRESAS PARA NUESTROS FANS MÁS FIELES...



TAMBIEN ASEGURO QUE EN LOS ENSAYOS LO ESTAMOS DANDO TODO Y POR LO TANTO SUENA MEJOR QUE NUNCA...

TAMBIEN OS DIGO QUE CADA VEZ LLENAMOS MAS LOS LOCALES POR LO QUE ID PRONTITO...

TAMBIEN OS DIGO QUE TENEMOS 5 CANCIONES NUEVAS EN EL REPERTORIO, EL RESTO PARA QUE CAMBIARLAS SI VOLVEMOS LOCOS A LOS LOCALES...

NOS VEMOS EL SABADO PARA DARLO TODO UNA VEZ MAS

martes, 8 de junio de 2010

De Sarria a Portomarín

Comenzamos a caminar a las 7 y cuarto. Justo antes de empezar, hacemos un fondo común que me entregan como bancario, previa promesa de no cobrarles comisión por reintegro. Aunque hace tres años de mi primer camino de Santiago, el más impactante, todo me resulta muy familiar y reconozco con precisión sitios, detalles y pasajes que me sorprendieron entonces y me sorprenden ahora.

Después de la vista del pueblo y de hacernos fotos en su iglesia románica, salimos por el barrio de San Lazaro, dejamos a la derecha el impresionante monasterio de Santa Magdalena y seguimos entre el cementerio y una pared donde se encuentran las primeras pintadas, entre las que destacan algunas declaraciones rendidas de amor; que maravilla que estés en mi camino!!

Seguimos de frente y pronto cruzamos por un puentecillo el riachuelo que seguíamos y, después de caminar al lado de una via de tren rural, nos topamos con una subida algo enojosa, que sorprende a los compañeros fumadores y que a punto está de dejar sin resuello a más de uno.

La niebla sigue cuando, sobre las nueve menos cuarto, sellamos la credencial en Vilei, a 108 Km de Santiago.

Vamos rápido por un bosque frondoso que apenas dejaremos en los veintidós kilómetros de hoy, y en seguida nos encontramos en Barbadello sin mucho tiempo para percatarnos del románico gallego de su parroquia de Santiago.

Vamos por corredores estrechos, entre muros altos que separan minifundios, sepultados por la vegetación por la que empieza a filtrarse la luz que hace brillar una gama de colores verdosos. A veces los muros se rompen y nos enfrentamos a un paisaje majestuoso. El silencio por momentos se apodera de nosotros y recorremos con veneración estos kilómetros. La luz, los olores, los sonidos, el ritmo de nuestros pies y los bastones, nos envuelven en un embrujo inconsciente -tan intimo que me obliga a volver cada año- que tiene el camino y que se puede vivir pero no contar.

A las 10 y 10 nos sentamos y nos pegamos un desayuno magnífico de cañas, aquarius y unos bocatas king size de bacon y queso fundido, que serán la dieta básica de nuestros desayunos de este camino. El sol se ha desperezado del todo. Una hora y media después, paramos a tomar unas latas en un albergue (dejando un euro ofrecen una cerveza de marca ignota pero con pretensiones bávaras).

Salimos al exterior desde el bosque y a la izquierda vemos Portomarin en medio de lo que los no ingenieros llaman un estanque, pero que es un autentico embalse sobre el que se trasladó el pueblo y, en particular, su iglesia fortaleza de San Nicolás. Cruzamos el puente y nos hacemos unas cuantas fotos. Llegamos a la 1, aunque, conforme a lo que será la regla de todo el camino, Rafa ha buscado un alojamiento -hostal Portomiño- que está al final del pueblo y nos hace subir alguna cuesta imprevista. La media de 4 Km la hora es magnífica y, contra todo pronóstico, la mantendremos durante todo el camino. En el mismo hostal y entre unas pocas cañas, comemos y nos atiende Yaiza, que aclara que es de Monforte de Lemos y no de Jerez -lo que, por otro lado y a pesar de nuestras bromas, estaba fuera de toda duda por el acento-.