viernes, 30 de octubre de 2009

Volver a la mejor canción de Mama


Como ya hace unos cuantos meses habíamos anunciado en este blog, Mamá volvían después del verano con un concierto en el Sol, el 23 de Octubre, con un disco nuevo que acaba de salir en la escudería de Rock Indiana. Pronto nos dimos cuenta de que las entradas iban a escasear. Por si acaso, dos semanas antes del evento, reservé nueve entradas y pedí tres discos para los amigos.
Quedamos a las 10 en la puerta, en previsión de la expectación creada. A esa hora la sala estaba cerrada y a su alrededor se concentraba ya bastante gente. Algunos intentaban conseguir una entrada, que se habían agotado sin hacer el menor ruido y por el procedimiento del boca-oreja. Los no muy iniciados se enteraron tarde de lo que se cocía; la vuelta a lo grande de una buena parte de la banda sonora de nuestros primeros años ochenta. Además de mi parroquia, muchos amigos en la entrada. Antonio, cronista de este blog, con su mujer y unos amigos, Carolina y una amiga y muchos otros fieles. A las diez y media conseguí acercarme a recoger algunas entradas en taquilla y entramos directamente a ponernos en primera fila. El aforo desde luego estaba más que completo.
Sobre las once menos diez salen con una formación especial (Salva, guitarra ex-Lola, Pepe bajista de Happy Losers y Rafa, un bateria buenismo para la ocasión). Se les nota, si no nerviosos, si excitados. Jose María recuerda que en noviembre de 1979, hace treinta años, dieron en esta misma sala su primer concierto. Van a tocar venticuatro canciones y, entre ellas, todos los hits de su historia y casi todo su último y buenísimo disco La mejor canción.
Abren con Nuevo color, siguen por una de las mejores del último, Lo que queda por sentir, A callejear, Estoy seguro. Gran momento es el de Chica cruel, uno de sus grandes clasicos en el disco peor tratado de nuestra pequeña história del pop, el Ultimo bar. Vete. Otra que me gusta especialmente del último disco, Perdiendo la memoria...
Me diste el número equivocado, no te perdonaré! En sus letras, que nos salen solas - no las hemos olvidado, las podríamos haber escrito nosotros!- volvemos a encontrarnos cortas historias de pequeños chascos, tantas cosas que nos pasaban, personajes que estaban nuestro lado o que en realidad, de una u otra forma, eramos nosotros mismos. Sale a cantar con una pandereta Guti, bateria de Mamá que se ha topado con un bolardo por Madrid y no puede tocar hoy. La magnífica Luna llena es un clásico instantáneo del último disco, merece estar ya en la recopilación de las mejores de nuestras canciones.
En fin, y tú regresas a casa a las diez, y yo me quedo aqui solo otra vez...
No hay duda, estamos en el mejor EP de nuestra movida, que salió en el ochenta con una edición corta de Polydor, y se volvío un disco muy buscado por los que no se lo compraron entonces. Sigue en el centro del vendaval. Ligarse a Vicky, otra canción que retrata tantos esfuerzos adolescentes por esa chica que te gustaba. Hoy somos tres (del último disco). Otra de sus grandes, Hora punta en el metro. Botellas, que abre el último disco. Otro viejo personaje, el figurin.
Nada mas, una de las preferidas de siempre de ese primer EP. Escondete. Muñeca de reyes (del último disco) y Chicas de colegio; las que había ya no llevaban la carpeta sobre el pecho escondiendo su pudor, fotos de su idolo... sigue siendo una gran canción aunque quizás el paso del tiempo la trata peor en esta nueva encarnación de Mama.
Empiezan los bises. Ya no volveras, otra imprescindible de ese EP, La mejor canción, con regusto a Dylan, No soy yo, de su último disco. Acaban como acababan, con El último bar. Suben otra vez Guti y los otros 2 ex-Mamá. Repiten Chica cruel.
Algo más de dos horas de concierto. Agradecimientos a Pablo, a todos los amigos. Sobre todo ilusión; la de Jose María y los demás del grupo, la nuestra, que, como decía Carmen, recuperamos esta noche parte de nuestra vida.
Otra noche de emoción que le debemos a Rock Indiana. Muchas gracias. Javier