jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad 2009

Como decíamos hace poco, hoy hace algo menos de frio, pero no es que el frío se haya ido, es que, a pesar del calentamiento global (vamos que de tanto tocarnos los globos ya los tenemos más que calientes), … el frio se ha replegado para volver con nuevos ímpetus

y… , estando yo con el ímpetu exaltado, … y con el frio de antes de ayer,… han empezado a llegar unas extrañas tarjetas de felicitación con niños, árboles, nieve, mucha nieve sobre todo (como si la gente desconfiara de que al final no fuera a caer de verdad,… y mira tú). En ninguna aparecen los regalos o los reyes, será que la crisis ha calado… incluso algunas no llegan a tener ninguna felicitación; cosas como “crezcamos juntos” o “compartamos los buenos momentos”,… o aún mejor, “cada año vamos mejorando” o “creciendo con nuestros clientes”, son sobre todo felicitaciones para ellos mismos…, que con ser estupendas, parecen algo escasas.

Oh cielos, la mejor felicitación de todas me la hizo la DGT en sus carteles cuando decía hace años; “tú eres el mejor regalo”, … la Dirección General de Tráfico, … una madre con lágrimas en los ojos… que tiene que castigar a veces con dolor….

Hoy resulta que los niños de San Ildefonso son más bien las niñas, imagino que del mismo santo; y también resulta que le pregunté ayer a la secretaria si nos había tocado algo y me dijo que no, pero que tampoco a nadie que conozcamos… que tranquilidad!

Resulta que, aunque la prenavidad ha sido algo menos extenuante, hace exactamente un año envié mi felicitación navideña y ya es hora de felicitarnos todos y de ir cerrando este año, que empezó sin que nadie lo quisiera felicitar mucho, con eso de “Feliz Navidad y lo mejor para el 2010, que el 09 no tiene arreglo”.

Feliz Navidad y que el 2010 que sea también muy feliz, … que de próspero tiene poca pinta

Pues este 09 para mí ha sido un año extraordinario, el año de Seattle, nuestro grupo, con tantos conciertos a nuestras espaldas y algunos más que memorables como el del Orange

Ha sido el año del inicio de mi primera ruta de la Plata con Javi, acompañados a trozos por el gran Garri, y que terminó triunfalmente en Salamanca, también el de mi camino inglés de Santiago (que empecé en Ferrol -me salté la parte de natación- y que me llevó por 120 kilómetros de cuestas en tres días, con unos pies que clamaban no Pain no Glory, y luego siguieron reclamando de modo que no me pude poner zapatos hasta septiembre). Fue el año de atender un poco más mis largos jueves, con sus visitantes habituales.

Sobre todo el año de grandes amigos nuevos, y también de maravillosos reencuentros, de amistades de México, de Blanca y de Miriam, ha sido el de muchos conciertos, un año africano con nuestros queridos Tomas y Concha, un año de flechazos, excursiones, fiestas y viajes, de conciertos, de John Fogerthy y de Bruce… la gran vuelta de Mamá, el año de mis cenas con mis amigos del Colegio –algunas imprevistas para mis propios amigos- y de mis compinches del Observatorio de Servicios Financieros, un año de amigos, de Santa Casilda y … vaya! de bastante trabajo…

Y el año que viene? Al menos para mí, mientras que Nacho y Carmen triunfan en el teatro –aunque con carreras que quizás deberían separarse –uno en el drama de autor y la otra en la comedia de enredo-, y mi personaje se limita al Rey Gaspar, este 2010 será el año en el que grabe un disco, que se llamará claro mis largos jueves, por que al fin, … de que está llena la semana y … hasta la vida?

Por cierto, aunque el retrato ecuestre se retrasa (por la dimensión del caballo) he visto cierta decisión en el artista que me hace confiar quizas… en el próximo año

Muchas felicidades
Javier

sábado, 19 de diciembre de 2009

El espectáculo en el exceso: los Secretos sin secretos

Para los que salimos encantados del concierto de las Ventas del año pasado, el de ayer podía haber sido una magnífica confirmación.
Llegamos con tiempo, con todos los alrededores del Palacio de Deportes colapsados. A Mamá, que actuaban de teloneros no se les escucho mi mucho tiempo ni demasiado alto. No llegaron a tocar media hora, en la que sonaron algunas de sus grandes canciones de siempre, pero creo que ninguna de las nuevas. Al menos eso fue lo que me pareció mientras una marea humana imposible de controlar y entre la que estábamos, trataba de entrar en la pista. Nunca vi tanta gente en el Palacio de Deportes, lo que más que un éxito -que lo es- es, sobre todo, un cálculo de aforo más que optimista.
Después de Mamá, los Secretos se decantaron por un concierto intimista más propio de otro tipo de local. En seguida, la guitarra acústica se hizo con el concierto y las explicaciones, pretendidamente graciosas o emotivas, entre canción y canción, la referencia constante a su historia, y la elección de un set list más disfrutable como música de fondo, hicieron que el concierto fuera de los más aburridos que recuerdo en los últimos años.
El exceso fue completo cuando apareció toda una orquesta para tocar un conjunto de canciones en versión sinfónica, en un esfuerzo -al menos económico- de resultado más que discutible. En fin, el concierto ya se había convertido en otro tipo de espectáculo musical.
Cuando ya llevábamos como una hora y media, volvieron a lo que todos esperabamos y encadenaron sobre un vidrio mojado, ojos de perdida y déjame. También nos gustaron los dos bises, que abrieron con agarrate a mi maria. Incluyeron al final Volver que tiene difícil defensa si no eres un verdadero cantante de rancheras. Acabaron con una estupenda Esta es otra tarde, la canción de Canito, y presentaron al grupo. Para ellos el gran momento de felicidad de su vida, como dijo Alvaro. Los últimos cuarenta minutos magníficos, pero ya era algo tarde.
Un abrazo

lunes, 14 de diciembre de 2009

Laura Veirs, el hada ha vuelto


Ayer, después de una larga noche de sábado llena de canciones, el domingo se levantó algo más sombrio. Luego se fue llenando y culminó en un concurso de villancicos de cuyo jurado -formado por músicos eminentes- terminé, sin ningún merecimiento, formando parte yo (en calidad de guitarrista de Seattle y crítico).

Después, en casa a resguardo, mientras el frio se apoderaba de la noche, me puse el disco de Laura Veirs, la del magnífico Saltbreaker, del 2007, que se abría con la canción del mismo título y que está entre mis canciones preferidas de chicas agradables con algo que decir y con una forma original de hacerlo. Una primitiva punky de Colorado que pasó al country y ha ido derivando en unos pocos discos, al pop de cuento de hadas, en el que por momentos me remite a una jovencísima Bjork.

En fin, gran día para escuchar el estupendo nuevo disco de Laura, que da clases de guitarra y de banjo y vive en Porland (que me queda lejos para ir a sus clases). Su evolución, para nuestra fortuna, nos va llenando de pequeñas grandes canciones en el que mecernos. Su último disco, que ha salido este otoño, July Flame, quizás es el mejor.

I can see your tracks, sencillez acústica y voces. July Flame con esas voces dobladas. Ahora el precioso Sun is the king o el pequeño juguete de life is good blues, y nos vamos dejando caer.

Me gusta la optimista Summer is the champion, desde luego en días como hoy no tengo dudas de que es verdad. También la bonita guitarra de la romántica When you give your Heart. Bienvenida a casa. Un abrazo. Javier

viernes, 11 de diciembre de 2009

nuevas actuaciones de Mamá

Hoy al final no voy a ir ni a ver a los Soundtrack of our lives, a los que ya he visto más veces y que fueron protagonistas de uno de los primeros post de este blog, ni a los míticos Sonics (aunque como dice Pablo, ver a éstos haciendo de punkis, cuarenta y cuatro años después, puede ser un poco raro).
Ayer -otro largo jueves- estuve en una de esas cenas de mis amigos del colegio y aproveché para hacer campaña del último disco de Mamá, y vendía algún disco.
Mamá toca de teloneros de los Secretos el viernes que viene y luego -primicia mundial- toca en la sala Heinenken el 5 de febrero de 2009 (por cierto que hace un año en esa sala y en esos días, pero de 2009, tocó allí un memorable concierto Antonio Vega, uno de los últimos que dió). Abrazos

viernes, 4 de diciembre de 2009

Un dia glorioso de santo

El 3 de diciembre, dia de San Francisco Javier, el dia de mi santo, ha sido otro de esos largos jueves.
Empezó muy temprano. Me desperté sobre las seis y media, aunque no me había acostado pronto, como con prisa, con más ganas de lo habitual de empezar el día, quizás presintiendo sorpresas y descubrimentos...
Ya estaba trajinando por Madrid a las 7 y media. La semana está siendo como la que corresponde a esta época, en la que todo el mundo está deseando terminar antes de que se acabe el año todo lo que se le ha ocurrido desde el verano y no ha empezado todavía.
Después de una mañana larga y liosa, me fui a comer a un buen sitio de Claudio Coello con Nacho (ahora también conocido como reverendo Fairfield) y Gloria para revivir viejas aventuras y volver de algún modo a ser los felices compadres bursátiles. Les agradecí grandemente la felicitación por mi santo que, aunque se la tuve que recordar, no por poco espontánea fue menos entusiasta. Las zamburriñas, pulpo y demas exquisiteces estuvieron a la altura conocida. El albariño también. Incluso un Matusalem con algo de zumo de naranja y zero fue un perfecto colofón a nuestra risueña tertulia. Hablamos de Panamá, de cuándo hacemos algún viaje, del teatro, de la noche, y también del dia, y de otras tantas cosas que permanecen y permanecerán en el secreto de los concurrentes, aunque no estoy tan seguro de que las risas y el alboroto de nuestra mesa no animara a alguien más a poner el oido.
Por la tarde después de la oficina, me fui a la reunion del Apa del colegio, en la que mis más o menos imaginativas propuestas –un grupo de teatro, entre otras- no fueron demasiado tomadas en consideración….
Fui a casa y después de estar un rato para felicitar a Javi, me fui al cacique a una cena de compañeros del colegio…. Lo que paso es que al llegar nuestra mesa estaba ocupada por un grupo familiar entrañable y numeroso: no habia nadie del colegio por allí.
En mi sorpresa, el metre me pidió que lo siguiera a otra mesa donde ... estaban Jose María y Nacho con dos mujeres (las suyas) : Silvia y María José.
"Qué sorpresa, … vienen las mujeres a esta cena?" "No tio, resulta que hemos quedado el jueves de la semana que viene… has venido una semana antes"
Insistieron en que me quedara con ellos, me invitaron a cenar (dude entre un ibuprofeno o un gran solomillo, que fue lo que al final pedi…)
Grandes momentos. Coñas diversas y copa final en la fiesta de un gimnasio en un conocido garito, entre tipos musculosos y monitoras marchosas…
En fin, otro largo jueves, sin duda
abrazos

martes, 1 de diciembre de 2009

Fotos de una gran noche de rock and roll









Tenemos ya programados dos conciertos, uno esta Navidad en Torrelodones y otro en el Rei Louie, en Majadahonda, el 16 de Enero. Espero veros en alguno. Abrazos






El niño de los Parker, Cantona y Ken Loach

El sábado por la tarde estaba preparando un post sobre uno de los discos con los que abrigarse en los albores del invierno, cuando nos fuimos a un teatro amateur a presenciar la representación del Niño de los Parker, de la compañía de mis amigos Nacho y Carmen (hoy el Reverendo Fairfield y Miss Sullivan). Hacia casi dos años que se les notaba cambiados. Mi amigo, ilustre abogado, se levantaba presto y con el dedo desafiante decía eso de … “y mucho más, es un… reptil moral!” … y volvía y seguíamos cenando o tomando copas (tales demostraciones nunca se produjeron como consecuencia de la ingesta, como algún lector poco informado podría llegar a suponer… eran simplemente la demostración del rapto que las musas suelen hacer con las almas más sensibles como la de Nacho) .
Después de abrazos y felicitaciones (y promesas de una carrera llena de éxitos, uno en el cine de autor y la otra en la comedia picante) nos fuimos al cine a ver Buscando a Eric, la nueva película de nuestro viejo conocido Ken Loach.
Para los aficionados al rock ingles, al pop, a Londres, y en general a la cultura británica (incluyendo Edimburgo, una de las mejores ciudades para perderse de todo el mundo), Ken Loach me parece un referente cercano y eficaz.
Lo descubrí en la buenísima Agenda oculta, de 1990, sobre la actuación de la policía británica en Irlanda del Norte. Me gustaron Riff Raff y la que es casi mi preferida Lloviendo piedras, con pobre padre parado católico que se empeña en que su hija tenga un traje de primera comunión. Luego Ladybird, Ladybird y siguen unas cuantas más. Películas con mucha carga social, cuya dureza no empaña un mensaje optimista que se basa en la importancia de la amistad dentro del grupo o de la familia. Esta es una película muy simpática, que podría considerarse su comedia, en la que futbol tiene cierto protagonismo, con apariciones recurrentes de un verdadero Eric Cantona, al estilo del Humphrey Bogart de Sueños de Seductor. Al fin y como siempre, encierra la historia de unos amigos, está vez carteros de Manchester, y también de un amor recuperado después de treinta años. En fin, una historia de salvación. Para mí una magnífica película llena de esperanza.

domingo, 22 de noviembre de 2009

la patrona de la música

Un pequeño grupo de fugados hemos huido a la Maragatería este fin de semana: lo que se ha concretado en un régimen incansable y exigente de desayunos, comidas y cenas. Esta mañana en la Catedral de Astorga y tras la actuación de un orfeón valdeorrense ha quedado claro que el vino afina y fortalece las voces, según nos han dicho allí. Pocas veces la voz catedralicia me ha parecido más oportuna. En nuestro caso, el vino es uno de los cuatro elementos (con el fuego...) y fortalece y afina, conserva en alcohol -nunca mejor dicho- e incluso limpia, pule y da esplendor, como la Real Academía.
En fin, el día de Santa Cecilia ha dado lugar a una contínua aparición por Astorga de bandas de música con aires de marcha y, tambíen, de Semana Santa, que nosotros hemos tomado como preparación a un fastuoso cocido maragato en Santiago Millas, pueblo que a pesar de ser francamente pequeño tiene barrios diseminados y en el que hasta es posible perderse si uno pone interés en ello.
Hace un año estuvimos en la Basilica de Santa Cecilia en Roma y en la catacumba donde la enterraron. Esta patricia romana fue ejecutada (le cortaron la cabeza un 22 de noviembre). Aunque al final no he conseguido enterarme de la razón por la que es la patrona de la música, me ha parecido que esta noche merecía un pequeño homenaje. La foto es de la estatuta de Maderno, que me parece impresionante. Abrazos

martes, 17 de noviembre de 2009

Gran éxito en el Orange Café


La noche del sábado prometía en un sitio como el Orange, una estupenda sala con gran escenario y muchos medios, en donde estuvímos todos muy cómodos. Después de la actuación de los nuevos Taxman (que mantiene sólo dos miembros de los cinco históricos), salimos nosotros. La sala estaba llena y sin duda ha sido el mejor bolo que hemos dado. Lo hemos pasado tan bien como el público y casi todo ha salido perfecto. Muchos buenos amigos nos han visto por primera vez y, como suele pasar, se han sorprendido positivamente. Grandes canciones y grandes momentos. La sala se fue llenando de vienteañeros que se unían al baile. Llegué a casa entusiasmado a las 3 sin ganas de acostarme (aunque bastante roto) y dispuesto a escribir una letra.
Hace un años que formamos Seattle -en ese momento todavía no teníamos nombre- para dar un concierto que nos habían pedido por favor en una fiesta de Navidad. Nos trataron mal con el sonido y salimos muy quemados, pero lo que quedó es que formamos un grupo de circunstancias y para salir del paso y resulta que ya ha dado diez conciertos este año. Estamos de enhorabuena.

10 años sin Enrique

Hace diez años se daba la triste noticia de la muerte de Enrique Urquijo, tirado en un portal como en una vieja y conocida canción, con su cazadora como almohada. A él le debemos muchas de las grandes canciones del pop español, desde la muerte de Canito y el cambio de nombre de Tos (anticomercial donde los haya) por el de Secretos. ¨
Hace tiempo leí la biografía de Enrique 'Adiós tristeza', del periodista Miguel A. Bargueño, en la que describe ágilmente con simpatía y mucha información sus primeros años, la ilusión del principio, las malas compañías y la larga lucha en que consistió buena parte de su vida, sus ganas de vivir y sus recaídas. Recoge cada una de las canciones que nos dejo; Déjame, ojos de perdida, agarrate a mi María (hablndole a su hija)...
Hoy tocan en Madrid en una pequeña fiesta y el 18 de diciembre los volveremos a ver en el palacio de los deportes.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Steve Tyler se va de Aerosmith


Hace algo más de treinta años, en marzo del 77, fuimos con el colegio a Andorra, país que al parecer debía su existencia a su comercio, y donde no habías estado si no te comprabas algo. Como buen adolescente –por lo menos, de aquella época- mi solvencia era menos que escasa y mis adquisiciones se limitaban dramáticamente a algunos discos, en los que tenía su traducción inmediata y efectiva cualquier dinero que pudiera llegar a conseguir. No existía el cine, ni la ropa, ni el tabaco, ni prácticamente nada más.

De manera que cuando llegué a Andorra la Bella, pregunté a mi amigo Alberto -con el que he estado viendo al gran John Fogerty este verano- que me recomendó algún disco de Aerosmith. Tenían el Rocks de 1976, quizás uno de los más heavy de ellos, que se abría con un rock machacón Back in the Saddle, con el riff de guitarra del buenísimo Joe Perry, que luego sirvió para titular su vuelta en el 84. Me sonaban como los Stones pero a lo burro. Ese disco me gustó bastante en esa época y resulta que fue el disco preferido de Slash y de Kurt Cobain. Luego, escuché algunos de sus discos anteriores, como el Toys in the attic, pero su momento de inspiración desapareció y pronto, en medio del punk y la nueva ola, les perdí la pista hasta que cayó en mis manos alguna recopilación posterior.

Además, Aerosmith me transmite cierto optimismo. Desde luego uno se convence en que la naturaleza puede mejorar, si mira a Steve Tyler, su cantante y front-man, y luego se fija en su hija la bellísima elfa Liv Tyler, que afortunadamente salió a su madre, Bebe Buell. Aunque no tenga mucho que ver, recuerdo que Aerosmith patrocinaba (supongo que lo sigue haciendo) la mejor montaña rusa del parque Universal Studios pegado a Eurodisney.

Hoy Steve Tyler ha anunciado su marcha. Parece que por los viejos problemas con Perry. Quizás para él la carretera haya llegado a su fin, después de unos cuantos problemas y cancelaciones en su última gira.

Es el momento de que Aerosmith tenga que seguir en la brecha sin el carismático Steve. ¿Hay entre los lectores candidatos para sustituirlo? Parece que la carretera pasa factura (salvo a Mick) y a algunos viejos cantantes de rock, como Steve o Robert Plant, al final no les compensa seguir con su banda.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Las bestias acabaron con la belleza folk

Hace unos días se publicó la noticia de que una joven cantante canadiense, Taylor Mitchell, murió desangrada por el ataque de dos coyotes, en el parque de Cape Breton.

Parece que iba sola. Desde luego, aunque a esos coyotes les han debido aplicar el tratamiento más expeditivo, lo normal es que los coyotes no ataquen a los humanos, aunque si a otros maniferos. También es verdad que nunca he pensado hasta ahora en la relación humano-coyote y las posibilidades de que me ponga a pasear por Nueva Escocia se podria decir, de una forma positiva e incluso optimista, que son francamente limitadas.
Mentiría si dijera que conocía a Taylor de antes, aunque he tenido momentos en los que durante semanas solo escuchaba música hecha por canadienses (hay para estar toda la vida haciéndolo). Incluso en una época colorista de mi vida decidí escuchar sólo música hecha por pelirrojas canadienses. Sí, es raro -cuando lo comenté en una comida con mis compañeros de trabajo prudentemente evitaron cualquier comentario- pero a veces tienes esas ocurrencias que te obligan a una investigación muy productiva. Lo decidí con el primer disco de la magnífica Neko Case. Lo que pasa es que Taylor no era pelirroja sino morena.
Acababa de sacar esta primavera su primer disco (For Your Consideration) del que la crítica decía que tenía una calidad técnica y unas letras muy poco propias para una chica que acaba de cumplir los diecinueve. La chica era de Toronto y había estudiado desde muy pequeña música y baile. Había sido finalista en el 2008 Mountain Stage Newsong contest y había iniciado una gira por Canadá para presentar su disco. Su última actuación fue el 25 de octubre. Habìa empezado a brillar hasta que su vida sana de joven promesa del country rock acabó a dentelladas en medio de las montañas: que gran decorado para su música y magnífica historia para una de sus canciones, de no haber sido su protagonista!
Hoy 5 de noviembre, a las 3,30, tiene lugar en "Peel" Chapel, Hurontario St., el funeral (no se como se traducirá Service of Remembrance). En fin, he estado dedicando algo de atención a su disco, que no es nada malo y que nos deja con la sensación de que posiblemente hubiera hecho algo memorable en el futuro. That's life. Extraña sensación conocer a alquien precisamente por la razón de que no podrás conocerlo. En fin, quizás en la otra vida? Descanse en paz.

viernes, 30 de octubre de 2009

Volver a la mejor canción de Mama


Como ya hace unos cuantos meses habíamos anunciado en este blog, Mamá volvían después del verano con un concierto en el Sol, el 23 de Octubre, con un disco nuevo que acaba de salir en la escudería de Rock Indiana. Pronto nos dimos cuenta de que las entradas iban a escasear. Por si acaso, dos semanas antes del evento, reservé nueve entradas y pedí tres discos para los amigos.
Quedamos a las 10 en la puerta, en previsión de la expectación creada. A esa hora la sala estaba cerrada y a su alrededor se concentraba ya bastante gente. Algunos intentaban conseguir una entrada, que se habían agotado sin hacer el menor ruido y por el procedimiento del boca-oreja. Los no muy iniciados se enteraron tarde de lo que se cocía; la vuelta a lo grande de una buena parte de la banda sonora de nuestros primeros años ochenta. Además de mi parroquia, muchos amigos en la entrada. Antonio, cronista de este blog, con su mujer y unos amigos, Carolina y una amiga y muchos otros fieles. A las diez y media conseguí acercarme a recoger algunas entradas en taquilla y entramos directamente a ponernos en primera fila. El aforo desde luego estaba más que completo.
Sobre las once menos diez salen con una formación especial (Salva, guitarra ex-Lola, Pepe bajista de Happy Losers y Rafa, un bateria buenismo para la ocasión). Se les nota, si no nerviosos, si excitados. Jose María recuerda que en noviembre de 1979, hace treinta años, dieron en esta misma sala su primer concierto. Van a tocar venticuatro canciones y, entre ellas, todos los hits de su historia y casi todo su último y buenísimo disco La mejor canción.
Abren con Nuevo color, siguen por una de las mejores del último, Lo que queda por sentir, A callejear, Estoy seguro. Gran momento es el de Chica cruel, uno de sus grandes clasicos en el disco peor tratado de nuestra pequeña história del pop, el Ultimo bar. Vete. Otra que me gusta especialmente del último disco, Perdiendo la memoria...
Me diste el número equivocado, no te perdonaré! En sus letras, que nos salen solas - no las hemos olvidado, las podríamos haber escrito nosotros!- volvemos a encontrarnos cortas historias de pequeños chascos, tantas cosas que nos pasaban, personajes que estaban nuestro lado o que en realidad, de una u otra forma, eramos nosotros mismos. Sale a cantar con una pandereta Guti, bateria de Mamá que se ha topado con un bolardo por Madrid y no puede tocar hoy. La magnífica Luna llena es un clásico instantáneo del último disco, merece estar ya en la recopilación de las mejores de nuestras canciones.
En fin, y tú regresas a casa a las diez, y yo me quedo aqui solo otra vez...
No hay duda, estamos en el mejor EP de nuestra movida, que salió en el ochenta con una edición corta de Polydor, y se volvío un disco muy buscado por los que no se lo compraron entonces. Sigue en el centro del vendaval. Ligarse a Vicky, otra canción que retrata tantos esfuerzos adolescentes por esa chica que te gustaba. Hoy somos tres (del último disco). Otra de sus grandes, Hora punta en el metro. Botellas, que abre el último disco. Otro viejo personaje, el figurin.
Nada mas, una de las preferidas de siempre de ese primer EP. Escondete. Muñeca de reyes (del último disco) y Chicas de colegio; las que había ya no llevaban la carpeta sobre el pecho escondiendo su pudor, fotos de su idolo... sigue siendo una gran canción aunque quizás el paso del tiempo la trata peor en esta nueva encarnación de Mama.
Empiezan los bises. Ya no volveras, otra imprescindible de ese EP, La mejor canción, con regusto a Dylan, No soy yo, de su último disco. Acaban como acababan, con El último bar. Suben otra vez Guti y los otros 2 ex-Mamá. Repiten Chica cruel.
Algo más de dos horas de concierto. Agradecimientos a Pablo, a todos los amigos. Sobre todo ilusión; la de Jose María y los demás del grupo, la nuestra, que, como decía Carmen, recuperamos esta noche parte de nuestra vida.
Otra noche de emoción que le debemos a Rock Indiana. Muchas gracias. Javier

sábado, 24 de octubre de 2009

Leonard Cohen siembra de emociones la noche de Madrid

Qué contrastes tiene la música Hace apenas un mes disfrutábamos de un concierto memorable de 3 horas de Rock´n Roll en Valladolid con el Boss (tan bien glosado por nuestro anfitrión en esta blog) y ahora nos toca hacerlo con un concierto de análoga duración pero de corte bien distinto, el de Leonard Cohen en el Palacio de los Deportes de Madrid el sábado pasado. Ambos prueban, parafraseando el título del último poemario de Caballero Bonald, que la música no tiene paredes y que los géneros no importan cuando se trata de gigantes. A decir verdad, no es la música de Cohen la más propicia para los excesos y desenfrenos de un concierto en vivo: exige más bien una degustación solitaria y en la intimidad de tu habitación (no en vano uno de sus más celebrados LP se titulaba Songs from a Room). Tampoco el personaje -un entrañable ancianito- se presta a fenómenos de histeria colectiva ni a grandes estadios. Muy atrás quedan los tiempos en que nuestro canadiense errante arroyaba los escenarios con su banda The Army soltándose la melena en temas tan joviales como "Passing Through" , "Please don't pass me by" o "Diamonds in the mine". Pero, claro, quien acude hoy a un concierto de Cohen no busca ya ni espera desmadres de esa guisa. Al contrario, la nostalgia y la devoción por su figura priman sobre cualquier otra cosa y uno responde a su llamada como quien camina al encuentro de un viejo amigo cuya sabiduría -musical, literaria, vital- te ha acompañado a lo largo de varias décadas.
Lo cierto es que no cabía esperar demasiadas sorpresas de su gira actual. La convocatoria madrileña no es más que la parte final de un ciclo ya inmortalizado en el DVD y CD "Live in London". Y Cohen no se apartó ni un ápice del guión. Comenzó con Dance me to the end of love y terminó con I tried to live you. Entre medias todas las clásicas de su trayectoria, con acento especial en su segunda etapa: No cure for love, Everybody knows, Take this Waltz, Hallelujah, In my secret life, First we take Manhatan, Lover lover lover, Suzanne, A bird on the wire, So long Marianne. I am the man, The future, Closing time, etc.
Si todo resultaba algo previsible ¿dónde radica la magia de su espectáculo? A mi modo de ver, en los gestos y en los detalles: la presencia hipnótica de Cohen en el escenario; el prolongado aplauso del público, después de la interpretación de "The partisan" (una de las pocas y muy gozosas novedades) y la reacción abrumada del cantautor; la presentación de sus músicos, sombrero en mano e inclinación humilde de cabeza, mientras sonaba "Anthem"; el virtuosismo deslumbrante de la banda y muy en particular del zaragozano Xavier Mas al laúd, la bandurria y la guitarra, sonando a gloria en The Gypsy´s Wife; las notas del piano durante "Tower of Son"; el recitativo con que comienza "If it be your will" para dar paso a su interpretación por Sharon Robinson; el set final empalmando, prácticamente, "Famous Blue Raincoat" con "The Chelsea Hotel"; la entonación, casi en suspenso, de esos versos "and here's a man still working for your smile" como punto final al concierto; o sus conmovedoras palabras de despedida, junto a su grupo, frente al público: "ojalá que todos podáis disfrutar de la vida, como nosotros esta noche, en familia y amistad y quienes no cuenten con estos dones may you be pleasant in you solitude".
Psd: Por cierto que para octubre está anunciada una edición de lujo del concierto de L. Cohen en 1970 en la Isla de Wight. Sospecho que el contraste será monumental. Pero no lo cambiaría por el concierto del sábado!.
(Crónica de nuestro sabio amigo Antonio. Después de este concierto, hemos tenido noticias del desvanecimiento de Cohen en el concierto de Valencia, que parece que quedó en un susto)

jueves, 22 de octubre de 2009

The Power Pop Kings

Desde Rock indiana se presentaba la noche como una gran noche de rock&roll, bajo el nombre de los Reyes del Power pop, que aterrizaban es España después de una gira por los USA. Nuestro amigo de tantas noches memorables, Paul Collins y el lider de The Records, John Wicks. Junto a ellos un buen cantante y guitarrista Eric Blakely, el amigo texano de Paul que grabó algunas grandes canciones en los primeros ochenta junto con The Blame.
Este viernes toda la parroquia llegó pronto al Sol. Hace mucho ya de cuando los conciertos en el Sol empezaban en realidad el día siguiente de lo que decían (siempre más tarde de las doce de la noche) y apenas podías dormir antes de tener que levantarte. Empieza el concierto Eric, con la banda que acompaña a Paul habitualmente. Desgrana algunas de sus canciones y luego se lanza a tocar grandes himnos de the Plimsouls, o el september girls, que popularizaron las Bangles sobre la canción de Big Star, o el Shake some action de los Flaming groovies, que los creyentes cantamos con devoción. Sigue Paul, que casi en seguida toca Hanging on the Telephone, que luego hizo famosa Blondie, y asi sigue con los viejos éxitos de The Nerves y luego de The Beat. Sale después John Wicks, el lider en los ingleses The Records, que empezó en un grupo de pub rock The kursaal flyers. El público estaba ya entregado con sus grandes clásicos del género Hearts in her Eyes o Teenarama. Por fin tocan el Starry Eyes, otra canción memorable y obligatoria para cualquiera que pretenda tener una idea básica del pop-rock; voces melodia, guitarras.
Luego vuelve Paul y se trae a su guitarrista Octavio y rematan entre todos la faena. Sube Inma y unas cuantas chicas al escenario a bailar. Paul está e su salsa y sigue tocando todos sus éxitos: Different kina of Girl, Don´t wait up for me, Walking out of Love, All over the World, The Kids are the same, acaba con Rock & Roll Girl y también toca el I still want you del Ribbon of Gold y alguna del anterior Flying High. Nos saluda en español, en especial a Pablo y dice que vive feliz en New York. Charlamos con Paul. Le cuanto que le vi en su primer concierto en España en el 81. Ha llovido ya. Se rie. Me acerco al puesto y compro algún disco más de la escudería de Rock Indiana, aunque tengo un monton.Grandes momentos.Abrazos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Simone, Victoria, Christina y Josh Rouse

Simone White, con un impecable traje campestre también blanco, me gusta por la simplicidad de su planteamiento, su falta de pretensiones y su aire tímido. Sonríe cándidamente y se esfuerza en leer en su cuaderno las presentaciones en español de cada canción. Cuando le aplaudimos agradeciendo su gesto nos indica en inglés, como con vergüenza, que por favor paremos. Me gusta Victoria Ann. Luego dedica una canción a su abuela que cantaba y bailaba en un escenario. No tiene atril y al tratar de mover el taburete donde apoya su cuaderno, para cantar una canción en español, se queda con el asiento en la mano.
Victoria Williams, curtida ya en la carretera, -a pesar de haber oído ya unas cuantas de sus canciones, como periwinkle sky, que toca al piano- se me hace menos amable. A sus cincuenta años tiene una larga carrera y ha sido la mujer de Peter Case, entre otras cosas, el lider de The Plimsouls, y Mark Olson, de The Jayjawks, que grabaron la famosa Miss William’s guitar, y con quien continuó hasta 2006 en the original Harmony Ridge creekdippers. Desde 1993 Victoria ha sufrido esclerosis múltiple.
Christina aparece acompañada de percusión, guitarra y violonchelo. Nos cuenta que su abuelo, un industrial danés, en los años 30 rechazó la oferta de un empresario americano de producir una bebida que estaba teniendo bastante aceptación en Europa. Para probar el brebaje, su abuelo se llevó a sus hijas -su madre y sus tías- a las que les pareció un jarabe asqueroso esa bebida que resulto ser… la coca-cola… Christina reconoce que su familia no ha tenido últimamente mucho tino para los negocios... Seguramente en algún sitio a su abuelo le hará gracia saber que precisamente esta noche estaba tocando en el festival Coca-cola.
A continuación canta La distancia adecuada, en la que cuenta que no debió dejar que jugaras con su falda, … que difícil es guardar … la distancia adecuada. Es del disco Tu labio superior de 2008, y una de las que me más me gusta de toda su carrera.

Anuncia una canción nueva. Dice que este verano ha releído a los clásicos: la metamorfosis de Ovidio. Bromea con la importancia de la partícula “re”, que da a entender que es la segunda, tercera, o cuarta vez que los lees. Nuestra ninfa nos cuenta la triste historia de la ninfa Eco, enamorada de Narciso, a la que la diosa Juno le quita lo mejor que tenía, su voz. Sólo puede repetir el final de las frases que oye; se queja de cómo confesar su amor sin voz. Y la desesperación de Narciso, quien eres tú niña loca que te quiero. Me hace gracia esa canción. Me gustan también otras canciones como Eclipse o las Horas, que canta después. Cuando repite el estribillo de una canción Yo no pienso volver al infierno de la vida conyugal, suena a autobiográfico.
Ahora pide a la gente del público que se mire a los ojos. Me gusta también Anoche (El puñal y la memoria): Cuando llego a casa intento recordar si yo clave el puñal o si fui la puñalada… mira mis ojos dime que es lo que ves. Me gusta más como front-girl a la guitarra que en la introspección al piano. La sencillez es el secreto de este concierto.
Josh empieza saludando en español y luego en inglés -bromea con que ahora prefiere aprovechar estos momentos para hablar en ingles porque ya tiene pocas posibilidades de hacerlo-. Viene con piano, guitarras acústicas, contrabajo, mandolina.
Empieza con la buenísima 1972, que abre el disco del mismo nombre y que para mi es el disco que hay que tener de Josh. Anuncia su nuevo disco que saldrá en febrero y se llamará el turísta, aunque la canción que canta de ese disco es en ingles y suena bien. Luego pregunta si queremos cantar, para eso es fácil; no hace falta saber la letra; para pa pa paa, ….es Winter in the hamptons, de 2005.
Canta una en español en la aparece Valencia, una ciudad en la playa, y a continuación Quiet town, del disco Subtitulo de 2006. Entre las últimas mete la magnífica It's the Nighttime (babe…) del Nashville, otro de sus mejores discos, de 2005.
Acaba con la estupenda Love vibration, del 1972; emoción: ese disco me tuvo abducido durante el final de 2003 -una época convulsa de mi vida llena de viajes y de cambios profesionales- y toda la primera parte del 2004. Recuerdo que en esa época regale y tuve que reponer el disco unas cuantas veces.
A la salida me acerco a saludar a Cristina y me hago una foto con ella: conserva todo su sex appeal de musa del pop. Abrazos, Javier

jueves, 15 de octubre de 2009

ABSOLUTAMENTE ESPECTACULAR... I AM YOURS...

RAZA, RITMO, COMPENETRACION... JUZGAD VOSOTROS, UN ABRAZO A TODOS, QUICO

Mark y Nacho, una estupenda velada

Al fin fui capaz de llegar en coche al Joy Eslava, en la calle arenal, pegado a Sol y por tanto un sitio de acceso digamos especial, gracias a los desvelos de nuestros munícipes -preolímpicos in aeternum- y la desinteresada colaboración de todos nosotros. La pista estaba llena de mesitas en un grato ambiente de club. No mucha gente que venía fundamentalmente a ver a Nacho Vegas.
Después de que unos chicos esforzados de aquí (dos guitarras y batería) abrieran fuego con una propuesta que poco tenia que ver con el tema del festival (y se pasearan después por las mesas tratando de vender su CD a cinco euros), apareció Franz Nicolai, teclista de un grupo de algún éxito The Hold Steady, como showman impecable de la época de Charlot. Desde luego tiene tablas pero contar historias humorísticas en inglés y cantar canciones de cabaret con un acordeón o un banjo, no te asegura el éxito lejos de New York.
A continuación Mark Eitzel con su pianista. El antiguo punki se inclina ante el público al entrar y luego al despedirse. Saca su voz y canta a San Francisco. En mi ciudad todo sigue como lo dejé. Luego varias seguidas sobre su chica. Nos cuenta sonriendo cuando llegó tarde a casa por un enorme atasco porque había pasado algo. “Cuando llegué a casa estaba distraída escuchando en sus cascos el disco que yo había compuesto para ella”.
Se le ve feliz a sus cincuenta. Hace una gran versión de Mr. Jones. Debe incluir alguna del nuevo disco Klamath, que no identifico, aunque si nos canta algunas de sus piezas más clásicas tanto en solitario como con su American Music Club. Modula su voz y acerca y aleja el micro. La verdad es que le oímos muy bien sin micro. En una canción Franz se une al pianista, sube con su acordeón y le hace coros a Mark, en el mejor momento de toda la noche.
Nacho Vegas sale con sus acompañantes conocidos, pianista y percusionista. Presenta algunas de canciones del manifiesto desastre y de su primer disco después de Manta Ray, y posiblemente mi preferido, Actos inexplicables , de la que canta lady carrousel, una version de Dylan que me gusta mucho. Aparece también el pobre Ezequiel. El sonido limpio y las letras -ahora no las descubrimos- eficaces. Sobre las once y veinte se va. Si, ha sido una estupenda velada. Javier

miércoles, 14 de octubre de 2009

Solo somos cantautores, pero nos encanta


Hoy y mañana se celebra en Madrid, en el Joy Eslava, el festival I know I’m just a singer-songwriter (but I like it), cuyo nombre se inspira en la famosa canción de los Stones I know its only rock and roll (but I like it). Los participantes son muy conocidos y la única incognita real es si su actuación unplugged será tan brillante como la que cada uno realiza con su propia banda. Hoy desde luego, Mark Eiztzel es quien me interesa más, porque no lo he visto nunca, por su forma de cantar y por que sigo, desde hace muchos años, comprando los discos de su American Music Club.

Luis Aguilé, un mito

Algunas canciones de Luis Aguilé estaban entre las canciones más coreadas de los momentos culminantes, extravagantes y poco ejemplares, de nuestras chuletadas en Sigüenza, donde nos reuníamos una pandilla de golfos –más o menos, apandadores- al mando de nuestro conspirador profesional Miguel.
Nuestra canción preferida era una que decía algo así como “es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar, aparte de eso gracias a Dios, la vida pasa felizamente si hay amor …” que había cantado bastantes años atrás -siempre con alguna corbata increíble-, en un programa top caspa de los setenta. Eramos muy chicos pero recuerdo la estampa. (Ahora que nos horrorizamos de los ochenta, olvidamos esas corbatas de los 70, la mitología en la que reinaba la Carrá, ... oh cielos la irrupción en escena durante décadas de George Dann....)
Tenía otras canciones famosas como “cuando sali de cuba”, pero nos parecían menos tabernarias. Este argentino de origen ha muerto en Madrid este fin de semana. RIP.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Recordando a los Remains

Mi alter ego Agus y yo habíamos quedado en Flash flash, según él, un sitio muy trendy que estaba a la vuelta de la esquina (más exactamente a la vuelta de mi esquina). Me trae un disco en el que ha puesto algunas guitarras y al que habrá que prestar atención. Hablamos de las distintas formas de dar un concierto y de cómo transmitírselas al público, que son más de las que nos imaginamos al principio.
Sobre todo hablamos de tener tiempo para oír música. Como dice un amigo; si me regalas un libro (por ejemplo Una suite francesa, que me tiene las noches en vela) lo más importante es que me consigas el tiempo para leerlo.
El tema del tiempo se lleva parte del poco que tenemos de sobremesa. Cuando puedes oir música? El coche no es tan mal auditorio. Desde luego oigo música cuando voy al gimnasio: de hecho mi ejercicio depende a veces de lo que me pongo en mi i-pod.
Le pongo el ejemplo del sábado pasado en el que dediqué una hora larga de ejercicio a los Remains. Me reconoce honradamente que no los conoce... (somos muy amigos podemos aceptar esos fallos en la instrucción básica).
The Remains, a ver; el cruce entre los Beatles y los Kinks; lo más importante de la costa este en los sesenta…
Descubrí a los Remains haciendo arqueología en la colección de Nuggets, subtitulada "original artyfacts from the first psychedelic era", que contenía una exhaustiva relación de canciones del rock de garaje americano y del pre-punk de los sesenta (de memoria recuerdo a los esenciales Sonics o los Seeds o la psicodelia de los electric prunes, pero también cosas desconocidas).
The Remains fueron teloneros de los Beatles en 1966 y hicieron una versión muy stoniana de Diddy Wah Diddy, que tuvo algún éxito, aparte de un LP que salió después, con muchas versiones y grandes canciones propias.
Su lider, Barry Tashian habia oido de chico a los clásicos del rock&roll y después en un viaje, habia quedado completamente impactado por los grupos de rock británico.
Ese año terminaron por disolverse después de haber casi tocado el cielo con la punta de los dedos, con su single de más éxito don't look back y la actuación en la última gira de los Beatles. Barry después forma los Flying Burrito y colabora con Gram Parsons en su gran disco GP, toca con Emmylou Harris y termina siendo muy conocido en el mundo del country.
Con el tiempo The Remains han pasado a ser considerados como uno de los grupos más grandes e injustamente olvidados del rock. Han hecho un disco posterior y han mantenido actuaciones periodicas por los USA y muchos otros sitios (han tocado en España por ejemplo).
Sus singles fueron más o menos conocidos en Boston y sus alrededores: Why Do I Cry y el último y mejor, Don't Look Back, que tiene coros Beatles pero el soul de James Brown y la fiereza Who. Tienen otras verdaderas joyas: desde luego mi preferida when I want to know, o el Ain't that her, y unas cuantas más. Lo mas recomendable es conseguir una buena recopilación, como la de la portada de la foto. Un abrazo. Javier

lunes, 5 de octubre de 2009

Seattle vibró en las Rozas

El equipo y la disposición del escenario fueron está vez profesionales y el sonido (que dentro de una carpa nunca es perfecto) estuvo muy bien. Tuvimos a nuestros dos grupos de teloneros, que traen como una marea de chicas adolescentes y algo más crecidas que aseguran el griterio, aforo completo y una especie de fenomeno "fan" (aunque las madres chillan como locas también viendo a sus hijos).

Hey Day y Out of Reach van adquiriendo profesionalidad y sonido. La urgencia adolescente de su sonido va poco a poco matizandose para traducirse en melodia (perdon por la palabra, no se si será fácilmente aceptada entre éstos y sus seguidores). Hay un salto de calidad que era impensable el año pasado. Reconozco que empezamos a tenernos cierta admiración mutua.

Nosotros tocamos como dos horas y media, y se nos quedó por ahí alguna cosa del set. Mi hijo Javi -de 13- se quedó sorprendido: me dijo que había sonado genial y que yo era capaz de hacer más de un punteo distinto (su crítica es que siempre hacía "el mismo"). Metimos alguna canción nueva y lo pasamos muy bien; nosotros y el público. Que lo pasemos bien nosotros tiene más mérito porque desde arriba nos damos cuenta de todo y es más dificil. Desde luego éste ha sido uno de los conciertos en los que lo hemos pasado mejor. A la altura del último del Rei Louie. Un abrazo y gracias a los que vinisteis (y espero ver a los demás en el próximo). Javier

lunes, 28 de septiembre de 2009

Como todos los años en las fiestas de las Rozas

Como todos los años vamos a tocar en las Rozas. Nos lo pide como favor la asociación de familias numerosas de las Rozas donde alguno tiene algún amigo, y siempre tocamos. Este año será seguramente el mejor porque tenemos un grupo de verdad con repertorio y ensayos. Hasta llevamos un nombre Seattle. Todo eso era impensable a finales de septiembre de 2007, la primera vez que me llamaron para pedirme que tocara yo con alguien o que llevara un grupo para llenar una de las noches de las fiestas. Era jueves y estaba en un concierto de los Farrah cuando me llamó León, un antiguo compañero de clase. Me pidió que tocara el sábado. Tenía menos de dos días para montar un grupo y ensayar algo; eso era previsión. Pensé que se le había ido la pinza -hacia años que no tocaba en público- pero me dijo que no tenía ningún otro plan; era el último recurso. Si hubiera tenido otra cosa, no me hubiera llamado. No podía decirle que no, en fin. Llamé a algunos amigos. Sin ensayar tocamos y salió hasta bien. Después apareció mi alter ego Agus y me lió para tocar en Pacha esas navidades y así, hasta hoy. Espero veros este sábado.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Cuarenta años después, seguimos en Abbey Road


El pasado 8 de agosto de 2009, se celebró con cierto jaleo el aniversario de la portada del disco Abbey Road. Esa portada fue objeto de historias sugestivas y elucubraciones tan entretenidas como falsas (la verdad suele ser menos divertida que la imaginacion, aunque no siempre), pero no me pareció que mereciera más comentarios. La portada mostraba lo que se creyo un cortejo fúnebre cruzando la calle, y Paul descalzo y, por tanto, muerto, según una opinión que se extendió y ha llegado hasta hoy.

Si nos quedáramos en la portada, legendaria y enigmática sin duda, nos dejaríamos lo esencial; uno de esos discos imprescindibles de los Beatles (al nivel del doble blanco y superándolo en algunos momentos) y de los muy pocos que, de verdad, hay que tener si se pretende tener una idea de la cultura pop y de la música del último siglo.

Hoy, 26 de Septiembre, se cumplen los cuarenta años del disco Abbey Road, que fue el último disco que grabaron, aunque se publicó antes del Let it be, que salió ya en 1970 aunque se había grabado antes.

La grabación del Let it be a principios del 1969, hizo que Paul quisiera que volvieran a ser una banda de rock (“get back”), y repensaran la situación de disolución en la que estaban. Como comentamos en este blog hace un año, la grabación del disco blanco había sido especialmente complicada y, por primera vez, había primado el trabajo de cada uno por separado sobre lo que trabajan juntos como grupo.

Se trataba de volver al trabajo común, superando tantos malos rollos y faltas de entendimiento entre todos. Por fin John estaba de acuerdo. Así se lo dijo a Paul. Como siempre, de algún modo John y Paul se repartieron el protagonismo del disco.
El resultado alcanza la mayor sofisticación técnica de los Beatles y quizás seguramente ofrece su música más perdurable en el tiempo. El disco empieza con el Come Together, con una base rítmica muy novedosa para ellos, que ha sido versionada por muchos grupos, algunos pretendidamente muy rompedores, un montón de veces. El magnífico I Want You (She's So Heavy), es puro rock de John, que se rompe para formar una sola canción de dos distintas (esa manera de componer había tenido su mejor momento en el imprescindible A day in the life, que puede ser mi canción preferida de ellos, si decir eso no fuera una temeridad).

Aparece el sintetizador Moog, que encontramos en el Because, que hoy tiene un papel estelar en el disco Love sobre la música de los Beatles. De Paul, el Maxwell's Silver Hammer, sobre un psicópata, o el Oh! Darling, que seguramente es su canción más difícil de cantar.

Este disco tiene también los momentos más brillantes como compositores de George y Ringo. George, que tiene muchos otros grandes logros, con el famosísimo Something, que es una de esas grandes canciones de amor (habla del bellezon de Patty Boyd, con esos ojos azules imposibles en el rock posterior? la que fue Layla para Eric Clapton algo después) y el Here comes the sun, con tantos parecidos a canciones de otros grupos y lleno de buenos sentimientos orientales. Ringo, del que generosamente podemos decir que es mucho más limitado como compositor, con Octopus's Garden; a veces a todos nos gustara vivir en un jardin de pulpos bajo el mar…

El medley de más de cuarto de hora es lo más arriesgado y también lo mejor del disco. Incluye seguidas piezas tan esenciales como You Never Give Me Your Money, Sun King…, She Came in Through the Bathroom Window (sobre una fan que se coló por ahí), … en fin, termina en The end, con un solo a la bateria de Ringo.

Después de cuarenta años sigue impresionando; los Beatles ya no eran de los sesenta, ni siquiera del pop o del rock; ya no tenían que ser modernos, aunque todos los discos lo fueran en su momento. Ahora ya son clasicos. Ahora que vuelven los sombreros, nos los quitamos. Ahora, un respeto.

Abrazos. Javier

miércoles, 23 de septiembre de 2009

el cumpleaños del Boss


Hoy cumple sesenta tacos Bruce: nadie lo diría por lo que vimos en su gira de este verano por España. Nació en New Jersey el 23 de Septiembre de 1949. Allí decidió hacerse músico y allí a los trece años se compró su primera guitarra. Ahora sigue bastante más vivo que muchos jovenzuelos. Los lectores de estos largos jueves ya saben de nuestra devoción por él. Muchas felicidades, jefe.
Javier

viernes, 18 de septiembre de 2009

El tercero


La primera idea que tuve al escuchar el enigmático y cinematografico Dummy de 1994 de Portishead fue que era la música ideal para la noche, para disfrutar en la penumbra. Portishead encarnaba el sonido Bristol, en aquélla época en la que el trip hop era lo más moderno y lo que había que conocer.

Geoff Barrow, el teclista, había colaborado con el grupo de artistas denominado The Wild Bunch, (en reconocimiento de la pelicula de Sam Peckinpah que conocemos por aquí como Grupo salvaje) y era técnico en el estudio Coach House de Brigton, donde estaban grabando Massive Attack su primer disco, Blue Lines, en 1991, que me tuvo enganchado durante buena parte de ese año y más allá. El Blue Lines suponía la reescritura de la música electrónica, hasta ahora música de baile fría y más o menos cerebral, que se convertía en cálida y acogedora, con elementos del dub jamaicano y del jazz.

En esa línea iba a continuar y profundizar el Dummy de Porstishead. De ese mismo grupo de músicos va a salir algo después Tricky con Maxinquaye –el nombre de su madre- otro debut impresionante.

Barrow se encuentra por casualidad con Beth Gibbons, cantante de veintidós años con pretensiones literarias y recien llegada de una granja y fundan Portishead, se llama así por la ciudad a 15 kilómetros de Bristol donde nació Barrow.

Su primer disco Dummy tenía un halo hipnótico y estaba lleno de canciones, lo podías oir entero sin quebrar el ambiente; Numb, Sour Times, Glory Box, Sour Times. Beth era la cantante adecuada, sin pretensiones de gloria ni fama pero con gran voz para ese disco. Su segundo álbum Portishead, salió a la venta en 1997, con el All Mine del que luego hizo una versión Tom Jones (si ese mismo) en su Reload del 99, en la que colaboran. Luego Beth grabó un disco Out of Season, en 2002, producido por Rustin Man (Talk Talk).

En 2008 sacan su tercer disco con el original título de Third, en el que hay canciones como machine Gun, The Rip, Magic Doors, o Third. Es desde luego uno de los mejores discos del 2008 y lo mejor es que después de tanto tiempo y sin renunciar a su marca, trata de evitar el autoplagio o la repetición. Es por eso, para esta noche que amanaza lluvia, después de una semana de mucho trabajo y pocas estrellas, un gran disco para volver a escuchar. Un abrazo. Javier

martes, 15 de septiembre de 2009

Dios ayuda a la chica

Ha caido entre mis manos el disco God Help The Girl que es la banda sonora de una película creo que todavía no estrenada de Stuart Murdoch, el lider de Belle&Sebastian, grupo que desde hace años reina en el rock escocés en zapatillas, que a veces llega a convertirse pop sinfónico. Recuerdo el impacto de su segundo disco If You're Feeling Sinister, del 1996, y su siguiente disco de éxito The Boy with the Arab Strap de 1998 (uno con la portada roja y otro con la portada verde).
Los lectores de los largos jueves ya conocen a estos amigos de Glasgow, que han venido varias veces a Madrid, el cruce de voces masculinas y femeninas, el sabor elegante del pop optimista pero no siempre frívolo, sin ser nunca amargo, normalmente agridulce. Algunas ya estaban en el disco The Life Pursuit de Belle and Sebastian, como en la Funny little frog que rememora el mejor soul british de Style Council (oh Dios mío este verano he vuelto a oir a Paul Weller!), o el que abre el disco Act of the Apostle.

El primer single Come Monday Night lo canta una desconocida Catherine Ireton, otra muestra refinada del sonido del grupo. Esta Catherine Ireton canta la mayor parte de las canciones y en algunas cruza las voces con Stuart, o en la estupenda Perfection as a Hipster, con la voz personal de Neil Hannon, lider de Divine Comedy, en todas sus distintas formaciones desde hace veinte años, y otro de los referentes imprescindibles del pop norteño, esta vez irlandés (con muchas canciones recomendables pero para abrir boca desde luego a lady of a certain age de 2006) .

En fin, música que pude acompañarnos este final de verano y a lo largo de todo el otoño. Para disfrutar mientras miras llover o pasar las nubes desde tu ventana. Saludos.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Ukelele para la vuelta, desde Borneo


Este fin de verano me tiene cogido Bitter Heart, una canción de Zee Avi, que si lo prefieres la puedes llamar también KokoKaina, aunque parece nombre de fármaco contra la gripe A. Desde luego, creo que me estoy volviendo sensible. Y eso que también estoy dedicándome a mis, ahora menos furiosos, Dinosaur JR, que han sacado un rotundo disco de rock (Farm).
Música obtimista y sencilla que sirve para contar algo de un desengaño amoroso. Mientras los rayos del sol se van apagando, llevo ya dos horas esperándote, la cena se te va a quedar fria y, cuando llegues me volverás a dar la misma razón que ayer. Bitter Heart … for me.
Esa canción abre el primer disco de Zee Avi, una chica de veintipocos años que canta con su guitarra, que nació en Borneo y de allí se fue a Kuala Lumpur. Parece que tocó allí y como algunos amigos se habían perdido su actuación, colgó su video en you tube y así comenzó a ser conocida.
Canta bien, tiene gusto y quizás el mayor secreto es su simplicidad (estoy harto de gente solemne que quiere arreglar algún mundo). Todavía me queda moreno (luego el negro ira pasando dentro; en realidad no se va, se nos mete dentro) y de estos días me ha quedado una ficticia sensación de libertad, que me hace dura la vuelta a la realidad, en Madrid, una ciudad destruida por las máquinas, como en un comic de Mad Max. Venga, cántame algo mientras me cambio.
El resto del disco también está bien. Poppy, Monte, la adictiva You and me; vaya! toca el ukelele (ok, toca el ukelele muchísimo mejor que Marilin, aunque las diferencias entre ellas dos no se limitan a la técnica musical). Sorprendente e inesperada, su versión de Morrisey, first of the gang to die. En fin, ha estado este verano de gira por los States y merece la pena tenerla en cuenta para estos dias de desidia y pereza. Amable, sencilla, algo jazzy, magnífica para mis pies doloridos. Abrazos.

martes, 1 de septiembre de 2009

Santiago

Al dia siguiente vamos -en autobus, casi no podemos caminar- a por la compostela. A las diez ya hay una cola larguísima llena de europeos -muchos italianos y alemanes-. Dejo allí mi mochila, que ya recogeré a las siete y media. Abrazo al santo; ya me ves otra vez por aquí. Vuelvo todos los años, aunque no se si notas algún beneficio visible. Vaya! de algo, seguro que me sirve. Rezo en su tumba (la mayoría de los que bajan van con cierta mentalidad de atracción de Disney) y salgo a darme algún homenaje, de vierias, rodaballo y tarta de santiago.
Vuelvo a la catedral, tenemos misa del peregrino con botafumeiro; de hecho como peregrino iba a leer yo en la misa pero, en el último minuto, una monja decide que lea uno de los que ha pagado el incienso; normal.
Me tumbo en la plaza y miro la fachada y, de cuando en cuando, a la gente. En el aeropuerto, Ryan Air retrasa el avión, que ya salía tarde, como cuarenta minutos y por gentileza de esa compañia conozco a Teresa y Emilio una pareja de chileno y argentina, que viven en Madrid, con la que paso la espera. Nos damos correos y promesas de noticias en Septiembre. Llego a casa a las dos menos cuarto. Suficiente: nos vamos a Cadiz a las seis y media de la mañana. Abrazos.
PD Ahora si hay que hablar de música, ha habido bastante después. Por cierto, me vendaron el pie derecho y una ATS (Izaskun) de Cadiz me hizo curas varios días y no me he vuelto a poner unos zapatos cerrados en todo agosto.

viernes, 28 de agosto de 2009

La plaza del Obradoiro de noche

A las siete de la mañana, los cinco peregrinos del albergue de Bruma empezamos a prepararnos. El día anterior ha sido muy duro. Mis pies no se han recuperado nada; las ampollas, con sus tiritas y com-peed y no se que más, me escuecen. Hay algo de tarta de Santiago y alguna fruta. Desayuno casi sin sentarme. Son las ocho menos cuarto y salgo con la pareja de Murcia, Antonio y Carmen. Detrás los dos amigos más jóvenes, que nos cogen en unos dos kilómetros. Vamos muy deprisa. Anoche Benigno nos explicó donde estaban los bares, que son los únicos sitios que vamos a tener para repostar. Al parecer hay un bar a tres kilómetros, que nos encontramos cerrado cuando pasamos, y otro a los siete, en donde hay cafe y poco más (no ha llegado el panadero). Estamos en unas mesas difrutando de una buena temperatura mañanera que pronto desaparecerá. Justo delante de la terraza donde estamos, nos encontramos con una especie de parque temático de aldea compuesto por lo menos por un cañon antiaéreo, un kart, y un dinosaurio encima de un promontorio, además de alguna otra figura de dibujos animados. Hay más adelante unas cabras, de verdad, cuya función en este improvisado circo da lugar a algunas risas. Pasamos por la iglesia de San Paio de Buscás. Un sendero entre el bosque nos lleva a Outeiro de Abaixo donde vemos San Xiao de Poulo. Aquí paramos en el siguiente bar, donde ya ha llegado el pan; unos bocadillos inmensos de jamón que según el mesero son los mejores de la zona (no se si eso es mucho decir: no veremos ningun otro bar en los próximos quince kilómetros) y refrescos. Un trailer se para en el bar con el motor en marcha a nuestro lado y los diez minutos siguientes rompe la tranquilidad del momento. El tipo del bar -mucho mejor puesto que los anteriores- nos dice que hay fuentes en el camino (luego no las veremos, si es que las había).
Pasamos por el Ponte Pereira. Parece que esta es una zona de mucha agua, que normalmente hace poco prácticable el camino, pero el calor asfixiante de estos días ha secado el camino. No hay mal que por bien no venga. Vamos entre la vegetación bromeando. El de Jerez luego va a la playa de la ballena, por donde también pasaré yo los últimos dias de agosto. Llegamos a unas casas y un señor mayor de pie, observandonos bajo la sombra de un árbol en la intersección de dos carreteras, nos señala una manguera donde beber. El agua sabe algo a goma, pero no estamos para catas. Seguimos por una espaciosa cañada real como ocho kilómetros. Tiene árboles a sus dos lados pero a suficiente distancia como para que no nos den ninguna sombra. Es la parte más dura del camino por ahora. Pienso constantemente en que por fin encontremos una señal que nos envíe por una bocacalle umbria pero no existe más que un camino recto y ancho con un sol justiciero encima. Cruzamos hasta nueve caminos antes de ver, a las tres y media de la tarde, los primeros edificios de Siqüeiro (me cuesta unos cuantos intentos aprender a pronunciar ese nombre; hay que decir la "u").
A la izquierda, encontramos un parque con un pequeño estanque, descansamos algo y vamos hacia algún sitio a comer. De pronto nos topamos con la piscina con árboles y cesped, con la que venía soñando desde que tomamos la calzada real. Hablamos y dejo a mis compañeros que se van a comer a un restaurante con aire acondicionado. Me meto en la piscina (para lo que me dejan un gorro de baño, a los peregrinos se nos deja los demas lo compran por dos euros). Creo que cuando me zambullo empiezo a emitir vapor. Al menos así lo siento yo. Los pies son un poema. Me dejo flotar. De natación poca o nada; hago el muerto y esta vez no es por simple placer. Sesteo bajo un árbol. Las bañistas, madres con niños, o niñas y algún amigo, me miran con curiosidad. Me siento como un excombatiente del Vietnam. Me incorporo a las cinco y después de otro baño, pido un bocata caliente y me pongo de acuerdo con mis compañeros; están reservando algún sitio donde dormir en Santiago. Vamos a seguir. Nos encontramos en un bar con sombrillas rojas sobre las seis y veinte. La chica que regenta la piscina y organiza el polideportivo donde se puede dormir (en el suelo, claro) me ha dicho que estamos a 17 kilómetros de la plaza del Obradorio. Hasta este punto hemos caminado ya hoy 33. Total 50 para hoy: total nada. El mundo es de los valientes... de los valientes aunque cojitrancos. Seguimos por la calle real. Paramos diez minutos en la hierba un jardin bajo el puente medieval que cruza el río Tambre y las seis y media Norbe, Josiño y yo retomamos el camino. No hay dolor.
Tenemos muchas ganas de llegar y también bastante prisa. Nos quedan tres horas y media de sol. Sobre las ocho menos cuarto, llevamos como siete kilómetros. Los árboles nos protegen del sol y hay pequeñas subidas y bajadas al lado del río. A partir de ahora bajamos el ritmo, Jose tiene algo así como una rotura de ligamentos y empieza a ver las estrellas, sobre todo al bajar. Empezamos ir claramente al lado de la carretera general. Pasamos por la Iglesia de Barciela y la fuente del inglés. Allí paramos un momento. El camino nos envía varias veces a dar un rodeo y subir un "repechito" de cuando en cuando para luego volver a desembocar nuevamente en la carretera. En una de éstas Norbe oye una música estruendosa que reconoce como el capullo de Jerez y subiendo un poco nos encontramos en mitad de una fiesta gitana. Algunas chicas nos miran y se ríen. Aunque Norbe reduce el paso, seguimos sin parar para evitar que crean que tenemos algún interés que pueda no entenderse. Seguimos lo rápido que podemos y bajamos otra vez a la carretera. Para entonces, la realidad -que no el sentido común- ya se ha apoderado de nosotros y ya sabemos que no llegaremos al Obradoiro antes de las diez. Entramos en la ciudad, pasamos por el monumento al peregrino. Seguimos y preguntamos a una señora asomada a un balcón cuando queda: dos kilómetros. Desde lejos vemos la Catedral. Los dos kilómetros mas largos del camino. Pasamos por la rua da troiá, donde está o estaba la famosa pensión. Al entrar a la plaza la tuna ha empezado a cantar con el regocijo de ún corrillo amplio de público y nuestro. Nunca sonó mejor la tuna. Emoción y magia. La fachada está iluminada. Se me acaba de acabar la bateria de la maquina de fotos y haga una movida con el movil que envío a algunos amigos. Hemos llegado a las diez y media. Empezamos a las ocho menos cuarto. Cincuenta kilómetros. Nos quedamos allí parados como alelados. Salimos de nuestra ensoñación para seguir por la calle Franco y entramos en la avenida de Rosalia de Castro, donde está nuestro hotel, "... qué número?" pregunto, vaya, el ciento y pico... llegamos a las once y cuarto donde nos esperan la pareja de Murcia. A las doce menos cuarto, hasta salimos, ya en chanclas, a tomar algo de jamón y, en un garito de al lado, un increiblemente merecido roncito. Abrazos

domingo, 23 de agosto de 2009

Una buena jornada al Hospital de Bruma

El camino desde Miño tiene una primera fase corta hasta Betanzos, otra de las poblaciones históricas de este camino. El camino sube mucho. Pasa por San Pantaleón das Viñas y San Martiño de Tiobre. La vista de la ria es esplédida; Otro día de sol y calor ¿adonde se han escondido las nubes en las rias altas?
No me voy a encontrar a nadie en todo el viaje. Además los peregrinos pasan una buena parte de la jornada visitando Betanzos, con su puente y, en seguida, sus plazas y sus iglesias de Santiago, San Francisco -especialmente majestuosa- y que tiene la tumba de Fernán Perez de Andrade y, al lado en la plaza, la de Santa María de Azogue. Desde que entro por el arco da ponte vella, me quedo más de media hora allí. Me acuerdo de que Victor me había advertido de que a partir de este momento el camino va de aldea en aldea. Por eso, antes de salir, me desvío unos metros para comprar en un supermercado.
Subo algo y el camino rural me lleva a Abegondo, cruzo un puente de Limiñon y llego a Meangos, donde parece que hay algo de vida. Hace calor y el sol reina encima de mi cabeza. En estos momentos, uno empieza a pensar en cual será la siguiente etapa. El destino previsto está todavía a algo menos de treinta kilómetros hasta Bruma, me parece un mundo. Quizás haya un sitio donde parar en Presedo: me animo con esa idea (totalmente falsa). Me pesa la urgencia de llegar a una bar, una tienda, .... o a alguién: si ... a alguién porque de pronto me doy cuenta de que desde la una y media no he visto a un parroquiano o peregrino. Sólo me he cruzado algunas vacas y algún caballo. Cruzo una pequeña carretera y de pronto veo un vehículo del Concello de Abegondo que se para y me da animos y comenta el calor vengativo que está haciendo (pero ningúna información salvo que hasta Leiro no hay ni una fuente ni nada para atender al peregrino). A las dos veo que no tengo bateria en el movil y empiezo a pensar en eso del golpe de calor. Después de una subida me tumbo a la sombra, tomo unos frutos secos y me quedo como quince minutos dormitando. Sigo por un camino amplio y veo una especie de boca de riego y me remojo. Tuerzo en una carretera en mitad de un valle, veo a lo lejos la iglesia de Loiro y al lado pegado a ella antes de llegar, un gran techado con unas mesas y asientos. Es una especie de apeadero del camino o un proyecto -boceto- de albergue. Encuentro una fuente y me siento feliz al descubrir un enchufe donde conectar el movil. Parece el sitio perfecto para quedarse: agua, sombra, un asiento de cemento donde echarse y red para cargar el teléfono. Falla la red: el enchufe no funciona y me da miedo ir sólo todo el camino sin teléfono movil. Mi gozo en un pozo.
En seguida, continúo por una carretera que parece que se llama calle Franco y de pronto veo una casa con una señora mayor en su jardín, a la que saludo. Le pregunto si le importaría dejarme cargar mi movil en su casa -y se lo doy- y le digo que yo me quedo fuera sentado debajo de un árbol. Ella me dice que pase y me siento en un sillón de su jardín. Me ofrece un café que yo agradezco de corazón. Es más, su marido, ya mayor y algo enfermo, es andaluz y por eso ella hace gazpacho. Desde luego es el mejor y único gazpacho de toda la zona. Me encanta, repito de gazpacho, que hace como lo hacía su suegra. Mi comida se concreta en dos tazas de gazpacho y dos cafes con aguardientes, que le trae su yerno. Aparece su marido Manolo. Ella me dice su nombre Piedad, le digo que ese nombre le queda que ni pintado.
Me dice que puedo quedarme en el colegio a dormir, que me pueden abrir, y que una señora me puede poner una palangana con agua con sal para los pies. Le puedo decir que voy de su parte. Estoy allí hasta las seis y media. Llamo al albergue de Bruma y me animo a seguir. Me quedan como quince kilómetros.
Sigo mi travesía; preciosa entre la fronda, con pasillos entre los arboles que forma un techo bajo el que camino y por el que a veces se cuelan los rayos del sol de la tarde. Voy llaneando durante un buen rato. Llego a una carretera y subo algo a la izquierda y llego al bar Julia, donde hay un perro y una señora mayor, que miran. De pronto el camino gira a la izquierda y la carretera empieza una subida muy empinada y larga. Miro el suelo y aprieto el paso. Bruma esta a casi 500 metros sobre el nivel del mar y empecé a 200 metros está mañana. La subida es la peor de todo el camino, sigo subiendo unos minutos sacando una fuerza que no creia que me quedaba. Las rodillas no me molestan, pero los pies ... ya me dolían en Miño. Voy por un camino luminoso y me dicen, una señora que me quedan dos kilómetros, poco después, un aldeano, sobre 7 kilómetros. No pregunto más. Un vecino me saluda y da agua y me dice que estuvo en el cuartel de ingeneros de Villaverde en Madrid. Me lo dice con la seguridad de que ese cuartel es conocido en todo el orbe y, desde luego, por todo Madrid, y yo por supuesto, así se lo aseguro.
Paso por enésima vez por encima de una autovía y en el camino sigo subiendo por un camino que dice algo así como parque de helicopteros de la Xunta. Sigo subiendo y me paso algúna señal. Son las nueve y pico de la tarde. El sol me ha estado dando directamente en los ojos (otra vez se me han olvidado las gafas de sol). Estoy desconcertado y llamo al albergue. Por fin me recoge Benigno a dos o tres kilómetros del albergue de Bruma, que él junto a su mujer, gestionan. Seguro y eficaz. Otro nombre que esta bien puesto. Benigno me da todo tipo de instrucciones. El albergue, que fue antes su casa, está limpio y cuidado. Meto los pies en un pequeño arroyo y los pies me escuecen horriblemente. Allí ceno con los compañeros a los que les han traido una cena en coche desde un restaurante. Me dan ensaladilla rusa, compartimos cena y tomamos unas cervezas. Son dos amigos uno de Ferrol y otro de Jerez, Jose y Norbe, y una pareja de Murcia. A las once me acuesto, ha sido un gran día,... y la verdad, una gran paliza. Javier

jueves, 20 de agosto de 2009

de Ferrol a Miño, un paseito?

Sorprendentemente, la noche en el Eden no fue tan perfecta, tardé mucho en dormirme y dormí regular; estaba nervioso e impaciente como otras veces antes de una aventura como ésta. A cada poco irrumpía un sonido agudo y casi inaudible -que normalmente no me hubiera molestado- que al principio alcance a oir y luego me dediqué a escuchar.
Desayuno; mientras me hacen las tostadas me dan un "sobao" que me sabe mucho mejor que en Madrid. Después de pasar por las Angustias, voy por el paseo hasta el muelle de Curuxeiras, donde los ingleses, alemanes, y nordicos cristianos en general (no hay mucho vestigio vikingo, al menos no medieval) aparecieron por aqui, por lo menos desde hace mil años. Hay noticias escritas de que en 1147 una escuadra de ingleses y germanos llegó a este puerto y después de arrodillarse ante Santiago se fueron a ayudar al Rey de Portugal y luego a las cruzadas. En fin, un monje islandes habla del camino ya en el siglo XII.
Después de la Iglesia de San Francsico estoy en el Arsenal que es un rectangulo propio del urbanismo de mediados del XVIII. Aparezco en una plaza y pregunto a un conciudadano como se llama el de la estatua. Mi cicerone improvisado me explica que Amboage un benefactor de la ciudad que daba un sueldo a todos los ferrolanos mientras hacían el servicio militar y al que se le tiene mucha devoción aunque parte de su fortuna parece que la hizo con el trafico de esclavos.
Esta plaza es muy amplia, rodeada de edificios históricos e iglesias, tiene alguna terraza y seguramente se anima mucho por la tarde. Paso por la Plaza de Armas, con el Ayuntamiento y sigo hacia los astilleros y una escuela militar de marina. Nadie sabe a ciencia cierta donde está el camino de Santiago; un parroquiano me preguntá por qué hago el camino al revés; que todos sus amigos vienen de Francia (como los niños de París?). No veo rastro del camino en ninguna parte. Tengo claro que tengo que evitar el puente de las pías, que me parece que así se llama; hay que bordear toda la ria sin atajos. Voy hacia Neda. Empiezo una avenida de Castilla que tiene como diez kilómetros y que amenaza con dejarme directamente en Pozuelo si no me meto por alguna bocacalle. Veo pintadas de la Polla Records, vaya se acuerdan de ellos por aqui! y llego al ayuntamiento viejo de Narón. Una funcionaria municipal sorprendida me sella la credencial después de preguntar a sus compañeros.
Tengo que desandar algunos cientos de metros para tomar el camino de verdad y llegar al
Monasterio de San Martino de Xubia (o couto) que parece que es del siglo VIII. Merece la pena la vista. Me encuentro un grupo numeroso de scouts del norte de Italia, hablo un rato con los que comandan la expedición. Harán esta camino sin demasiados excesos en unos seis días, quieren llegar a Santiago el 17.
Sigo costeando con una vista preciosa de la Ría y diversos puentes. La marea está baja. Me meto por un camino bajo el sol y encuentro una única sombra de un puente que pasa por encima y allí tumbadas cuatro chicas muy vistosas, que habia visto antes a lo lejos, que me piden fuego, una se estaba cambiado cuando he llegado y me sonrien. Su pinta es más hippie que peregrina y su próximo destino la playa más cercana.
Paso por un antiguo molino que funciona con las mareas y sigo hasta Neda, llevo 15 kilómetros. Dejo de lado el albergue y la Iglesia de Santa María. Por la Rúa Real me encuentro el antiguo hospital de peregrinos en el que entro y resulta que es la oficina de la policia municipal. Me desconcierto cuando me dicen que no me sellan ellos, aunque lo entiendo mejor cuando salen a la calle y me indican la oficina de turismo donde además informan y tienen un recuento de la gente que pasa.
Allí está creo que Victor que se sienta conmigo y me explica como va el camino y los sitios donde dormir y me da algunos consejos prácticos. Me busca además el teléfono del hostal en Siqüeiro.
Sigo por la rúa real de Neda. Con mi optimismo natural quiero llegar a la playa de la Magdalena a comer. Paso por Fene y veo una grúa inmensa del astillero de Astano (hay una asi aunque creo que más grande en Cadíz). Salgo a una rotonda entre varias carreteras y en un restaurante lleno de gente la camarera me recomienda una ración de chipirones que me sabe a gloria. Encuentro un grupo bullicioso de peregrinos de Valencia, son muchos y están medio desperdigados, se quedan en Puentedeume. Como y en unos cuarenta minutos, por un camino muy bonito que a ratos forma pasadizos entre los arboles, llego a la playa de la Magdalena.
Hace como treinta grados y estoy cansado, son alrededor de las cuatro y media; pido la cerveza más fria y más grande en un chitringuito, me baño -sin mucha natación- y luego me ducho en las duchas de la playa. Me cambio y después de un a media hora continúo. La playa está frente a Puentedeume y está enmarcada entre las dunas de pinos y el mar. Sigo al puente de unos 600 metros en el que lo mejor es que los coches hacen fila atascados y por una vez tengo la sensación, transitoria, de que yo voy más rápido. Subo a la Iglesia de Santiago que al parecer mandó construir el arzobispo Rajoy y paso a la torre de Andrade donde sello. Este es un pueblo lleno de soportales y, sobre todo, cuestas. La sensación de que todo el pueblo se ve desde el puente como en una exposición se debe precisamente a que todo está en un desnivel. Sigo subiendo más y más. Se acaba el pueblo y sigo subiendo. Cuando empiezo a acariciar la idea de los peregrinos que he ido encontrando de dormir en Puentedeume, de pronto se abre un camino a la izquierda que va a ir llaneando casi todo el rato incluso baja en momentos. La luz de la tarde es brillante y el paisaje amplio. Hemos dejado de lado el mar y sólo lo volveremos a ver al final en Miño. Toda esta parte del camino es preciosa. De pronto hay una última subida que me sorprende y llego a un puente medieval donde Marisa se está liando un canuto. Nos hacemos unas cuantas fotos y seguimos hasta Miño charlando animadamente.
A las 9 y diez llegamos a Miño a una calle medio principal que tiene varias ferreterias. Marisa se va al albergue con la idea de bañarse en el mar y a mi me rescata Santi, que tiene una casa notable con una vista espectacular de la ría. Maribel me enseña orgullosa su casa. Cenamos toda la familia junta y hablamos de caminos y aventuras. Isa me da una aguja para pincharme las ampollas. Hasta ahora, nunca me habían salido el primer día del camino. Se deben no tanto a los 39 kilómetros sino sobre todo al calor del día. Parece que el tratamiento de las ampollas exige dejar un hilo cruzando las ampollas, pero ya es bastante agresivo para mí pincharmelas como para pensar en una operación como cosermelas.
Esta vez duermo como un saco.

martes, 18 de agosto de 2009

El camino ingles de Ferrol a Santiago

El lunes día 10, una vez cerrado un lio que nos había tenido trabajando unos cuantos meses, llamé a la oficina de turismo de Ferrol para enterarme de donde dormir y como conseguir una credencial para sellar las etapas del camino. Cesar me lo solucionó todo; reservé nada menos que en el Eden y allí me dejo la credencial el mismo Cesar de camino a su casa. Despues de comer me cogi un taxi a Barajas. El taxista llevaba el rock and roll de Led Zeppelin y acababa de descubrir el led zep IV y terminamos medio cantando el wholla lotta love del II, que era lo que más le gustaba.

El plan tenía un pintón! Avión a La Coruña y de alli en autobus a Ferrol. Preciosas vistas, sol y calor. Desde la estación de autobuses de Ferrol, llegué callejeando al Eden, donde me atendió una chica muy agradable, casi angelical como correspondia al lugar, y dejé la mochila en el piso de arriba en una habitación muy sencilla (y desde luego, más que buena por veinte euros). Después de unas pocas vueltas, me encontre en una parroquia a don Jesus Perez, con el que, buscando una misa de peregrinos lo más temprana posible, terminé perdido dentro de la zona de urgencias de un hospital (donde al parecer habia una a las 7 y veinte de la mañana, según le habia confirmado por telefono la madre superiora) y en una zona con puertas que se cerraban a nuestras espaldas, rodeados de enfermeras sorprendidas y cirujanos atónitos: que hacen aqui?, no pueden estar aqui, ustedes con quien vienen, o ... sólo puede haber un familiar y ... cosas así. Todo se resolvió cuando explicamos que sólo queríamos salir de allí.

Después de dejar a don Jesus y de pasear por la zona cercana a mi Eden, me metí a cenar algo (bonito con tomate) en un bareto con pretensiones de restaurante del casco más o menos viejo y apretarme una botella de la tierra. Repaso la gente que he ido conociendo, encantada de echarte una mano y no he empezado; lo bueno empieza mañana.

Aquí los parroquianos entran, se acercan y te desean buen provecho y miran valorativamente a una madre américana que recuerda lejanamente a la bisset y cuyo bebe llora desconsoladamente. El grupo lo conforma un abuelo local con sus dos hijos y cada unos de ellos con sus mujeres, extranjeras, y sus respectivos nietos llorones. Y un grupo de trabajadores de los astilleros que me saludan. En fin, ésto ha empezado.