domingo, 4 de abril de 2010

Una horchata con los Vampire Weekend


Desde luego, no es nada despreciable empezar un disco con eso de “in December drinking horchata”, que merece un lugar como himno en algun paraiso playero alicantino. Creo que, gracias al segundo disco de los Vampire Weekend, miles de anglosajones (y sin duda, norteamericanos) han descubierto por fin una bebida que siempre me parecio exportable. La primera vez que fui a Inglaterra, en concreto a Cambrigde, lleve una botella de horchata y una de brandy de regalo a la familia. Recuerdo que el brandy lo guardaron prudentemente pero la horchata la abrieron del tiron y se la tomaron caliente tal como estaba, ... claro que sin las adecuadas condiciones de temperatura, espacio y tiempo, no les gusto tanto. Venia yo de Alicante donde dabamos buena cuenta de una estupenda horchata, con fartons, en la heladeria de Andres, un buen amigo nuestro, que sustituia con ventaja los Macdonalds y Burger Kings que ya habian iniciado su reinado mundial.


En su momento hablamos del debut en 2008, de Vampire Weekend,

que son mas que inteligentes y divertidos, aunque ya solo con eso son mucho mas que la mayoria de los grupos que se han convertido en the next big thing, segun HMV o el New Musical Express. Un exito como Cape Cod Kwassa Kwassa, que fusionaba genialmente las guitarras y los ritmos africanos con Louis Vuitton, junto con mi preferida Oxford coma, son dificiles de encontrar en su ultimo disco Contra, que, a pesar de eso, mantiene el nivel. Encontramos los ritmos africanos y la frescura indie pop, que convierten sus canciones en un paseo optimista por el mundo.Sin duda, tiene unas cuantas canciones admirables, como cousins, que me recuerda a algun momento enloquecido de los buenisimos XTC.


En fin, Ezra Koenig, su lider y guitarra, que cumplira veintiseis el proximo jueves, formo el grupo con algunos amigos de la universidad de Columbia y pusieron a su banda el nombre de la pelicula que habian grabado en verano. Su padre trabaja en el cine y Ezra habia tocado en una gira europea de los Dirty Projectors.

Esta vez, en Bournemouth la lluvia por fin nos ha dado una tregua y con algun rayo de sol, no del todo seguro, nos vamos a la Jurassic coast, con sus acantilados, precipicios de formas caprichosas, sus playas rocosas, su mar rugiente, sus fosiles (hemos encontrado algunos) y sus cuevas, que sugieren historias de piratas, contrabandistas y... hasta de nazis.

Abrazos