El 3 de diciembre, dia de San Francisco Javier, el dia de mi santo, ha sido otro de esos largos jueves.
Empezó muy temprano. Me desperté sobre las seis y media, aunque no me había acostado pronto, como con prisa, con más ganas de lo habitual de empezar el día, quizás presintiendo sorpresas y descubrimentos...
Ya estaba trajinando por Madrid a las 7 y media. La semana está siendo como la que corresponde a esta época, en la que todo el mundo está deseando terminar antes de que se acabe el año todo lo que se le ha ocurrido desde el verano y no ha empezado todavía.
Después de una mañana larga y liosa, me fui a comer a un buen sitio de Claudio Coello con Nacho (ahora también conocido como reverendo Fairfield) y Gloria para revivir viejas aventuras y volver de algún modo a ser los felices compadres bursátiles. Les agradecí grandemente la felicitación por mi santo que, aunque se la tuve que recordar, no por poco espontánea fue menos entusiasta. Las zamburriñas, pulpo y demas exquisiteces estuvieron a la altura conocida. El albariño también. Incluso un Matusalem con algo de zumo de naranja y zero fue un perfecto colofón a nuestra risueña tertulia. Hablamos de Panamá, de cuándo hacemos algún viaje, del teatro, de la noche, y también del dia, y de otras tantas cosas que permanecen y permanecerán en el secreto de los concurrentes, aunque no estoy tan seguro de que las risas y el alboroto de nuestra mesa no animara a alguien más a poner el oido.
Por la tarde después de la oficina, me fui a la reunion del Apa del colegio, en la que mis más o menos imaginativas propuestas –un grupo de teatro, entre otras- no fueron demasiado tomadas en consideración….
Fui a casa y después de estar un rato para felicitar a Javi, me fui al cacique a una cena de compañeros del colegio…. Lo que paso es que al llegar nuestra mesa estaba ocupada por un grupo familiar entrañable y numeroso: no habia nadie del colegio por allí.
En mi sorpresa, el metre me pidió que lo siguiera a otra mesa donde ... estaban Jose María y Nacho con dos mujeres (las suyas) : Silvia y María José.
"Qué sorpresa, … vienen las mujeres a esta cena?" "No tio, resulta que hemos quedado el jueves de la semana que viene… has venido una semana antes"
Insistieron en que me quedara con ellos, me invitaron a cenar (dude entre un ibuprofeno o un gran solomillo, que fue lo que al final pedi…)
Grandes momentos. Coñas diversas y copa final en la fiesta de un gimnasio en un conocido garito, entre tipos musculosos y monitoras marchosas…
En fin, otro largo jueves, sin duda
abrazos
Cuerpos deshumanizados
Hace 2 años