Quizás tuvo algo que ver que aprovecharamos la ocasión para despedir a unos buenos amigos que han venido a todos los conciertos y que se van a Australia a vivir. Quizás que hayan venido muchos amigos que no habían venido nunca.
Tocamos como dos horas y cuarto, hasta la una y sonó muy bien. Además había bastantes sorpresas en el repertorio.
La noche siguiente, anoche, me hicieron una prueba del sueño: una enfermera y yo sólos en un gran edificio. Estoy en sus manos y ella me llena de cables sin piedad; me siento en Jack Nicholson en alguien voló sobre el nido del cuco. En fin, así es la vida del rockero: una noche de gloria en el escenario y la siguiente en el pisquiátrico!!!
abrazos
PD hay muchos conciertos de que hablar de este mes -hay que contar lo del gran Elvis Costello, por ejemplo- y tambien hay que acabar la crónica del camino
Javier
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