Desde luego, la magía todavía existe

Pues si! Eso es lo que es lo que se me ha ocurrido mientras veo a la selección jugando y ganando a Alemania (que pena que no haya sido un mundial; también lo hubiéramos ganado!). Esta semana sólo quiero hablar de música para gente feliz (algún día habría que decir algo sobre la cantidad de discos, músicos y críticos que van de tristes y melancólicos y de la gente que sólo parece valorar los discos “deconstruidos”, lánguidos y plastas).

Pero hoy estamos saltando encima de la luna en una noche de calor y piscinas, y para este final de junio saco uno de mis plásticos que más feliz me hizo hace ya como veinte años (vaya yo creía que era mucho menos!). Se trata del luminoso Magic still exists. El titulo del disco de los Leopards le hace justicia: claro que la mágica todavía existe (bueno en el caso de la selección española sobra lo del “todavía”).

Este es un grupo de Kansas que sacó este disco en 1987, es su segundo disco y creo que después desaparecieron del mundo. Empieza con una canción que desconcierta un poco porque tiene poco que ver con el resto del disco, es un rock más o menos enloquecido, pero enseguida sigue con una canción que es un verdadero hallazgo: Back on the track, una canción de juguete, sencilla y efectiva, que quizás hubieran escrito los Kinks o los Beatles o, quizas, los mejores Wings. Una de esas canciones que pueden cambiar tu día. En fin otro flechazo!

Sería desde luego injusto quedarse en esa canción, el disco está lleno de unas cuantas joyas más: empty people (en seguida le coges el ritmo), last night, it can happen to you. A mi me gusta especialmente Psychedelic Boy, una canción que hubiera pegado en el disco blanco de los Beatles. Todo el disco. Melodias efectivas e inmediatas, sencillez, detalles; nada de solemnidad: “es pop rock y somos felices”. Es difícil de encontrar pero la búsqueda merece la pena.